El arquitecto Félix Sánchez aseveró que las ciudades deben ser mixtas, heterogéneas, integrales, tolerantes, diversas, caminables y vivibles
La Ciudad de México es la urbe más grande y el principal centro político, económico, social, empresarial y cultural del país, además de que forma parte de la zona metropolitana más grande de América Latina.
No obstante, como el resto de las ciudades mexicanas, la metrópoli enfrenta problemáticas importantes como el crecimiento poblacional desordenado, que, a su vez, ha desencadenado desigualdad, inseguridad, contaminación, entre otras dificultades.
Al respecto, el arquitecto Félix Sánchez Aguilar, fundador de Sánchez Arquitectos y Asociados, comentó que la CDMX pasó de ser una ciudad pequeña y campirana en la década de los 50 a una masificación en la actualidad.
Además, afirmó que uno de los principales problemas que enfrenta la ciudad es la diferencia entre el oriente y el poniente; así como una urbanización carente de una correcta planeación que ha desplazado a gran parte de la población hacia la periferia.
“Hemos caído en una densificación absurda, en una especie de codicia urbana sin respeto por el entorno, por el barrio. La periferia no es sostenible, no es posible que la gente pierda cinco horas diarias en el transporte; tenemos que repensar la relación origen-destino, el barrio y la calle. Tenemos demasiadas calles, muy pocos árboles, muy pocos parques y jardines, espacios que permitan la convivencia, y tenemos una yuxtaposición de densidades”, dijo.
Agregó que estos dos años de pandemia han representado una oportunidad para reflexionar sobre el futuro tanto de la capital del país como del resto de las ciudades, las cuales deben frenar su expansión desordenada y analizar cómo crecer hacia adentro.
“El planeta está teniendo sus problemas, con una superficie ocupada por las ciudades de entre el 2 y el 4%, y nos damos cuenta de la gravedad del asunto. Entonces, yo creo que en las ciudades que ya han crecido mucho se tiene que hacer una reinspección hacia cómo crecer hacia adentro. La Ciudad de México y el Área Metropolitana es una misma moneda, son el águila y el sol, pero están desconectadas, y eso es parte del grave problema”, aseveró.
El arquitecto mencionó que la pandemia ha hecho que las personas se den cuenta de que a la Ciudad de México le sobran calles y le hacen falta árboles; y reiteró que es posible redensificar la ciudad y que ésta crezca hacia adentro.
“Cualquier ciudad sin árboles es fea y cualquier fea ciudad con árboles es bonita, un árbol es una vida, esa debe de ser una meta muy clara. Y pensar que podemos resolverlo con edificios de cuatro pisos, de densidad alta pero de perfil bajo, que son mucho muy accesibles; podemos redensificar la ciudad y, en lugar de que siga expandiéndose, que crezca hacia adentro. Todos los conceptos de reconversión, reutilización, redensificación, son los que van a estar en boga”, aseguró.
Asimismo, Félix Sánchez consideró que las ciudades actualmente deben ser mixtas, donde sus habitantes puedan satisfacer todas sus necesidades sin tener que realizar largos traslados.
“Yo creo que la mejor ciudad es mejor que la mejor casa; es decir, ¿en dónde prefieres vivir, en una casa con jardín pero que tienes que salir en coche para ir a comprar el mandado, o en un departamento pequeño pero donde sales a la calle y tienes resuelto todo en una cuadra? Esa es la vida urbana nueva, que se antoja, que se puede dar, en donde haya una multiplicidad de acciones que suceden en el espacio. Creo que la clave es que tiene que haber usos mixtos, calles en planta baja ocupadas”, expuso.
Y, en esa misma línea, el arquitecto añadió que las ciudades también deben ser heterogéneas, integrales, tolerantes, diversas, caminables y vivibles. Y mencionó que en cada ciudad los elementos repetitivos son la calle, el barrio y la vivienda; sin embargo, los barrios no pueden ser monotemáticos, es decir, habitados por personas con las mismas características, sino que tiene que haber diversidad y equilibrio.
“Yo digo que a veces los barrios son tan exitosos que generan su propio fracaso, todo mundo quiere estar ahí, se hiper concentra y se destroza todo; entonces, es un difícil y frágil equilibrio entre distintos usos, distintos niveles socioeconómicos, distintas edades. Yo creo que tenemos que esforzarnos en generar más oportunidades parejas”, mencionó.
En este sentido, destacó que, cuando un barrio es diverso, mixto y está bien atendido, se vuelve atractivo. Por ello, a la Ciudad de México le faltan barrios, parques y plazas, y, por el contrario, le sobran calles.
“Yo estoy en contra de los edificios altos, o sea, el absurdo de la planificación de las ciudades en el Periférico, como ahí no hay vecinos, no hay oposición vecinal, entonces hacen edificios de 40 pisos. Yo me pregunto quién es el loco que se va a vivir, ahí no es vida, no hay nada alrededor; lo agradable es poder salir, caminar e ir conociendo a la gente, la ciudad ofrece eso”, dijo.
De igual manera, Sánchez Aguilar subrayó que en la CDMX no hay una política pública adecuada de incentivos o subsidios para la vivienda, además de que sigue existiendo la creencia de que la tierra es la fuente de la riqueza, por lo que las viviendas son cada vez más costosas y las nuevas generaciones no pueden pagarlas, por lo que optan por mudarse a otros estados de la República.
“La Ciudad de México expulsa como 70,000 gentes cada año. Deberíamos tener mucha más oferta y vivienda de todos tipos, no nada más de uno solo sino mezclado, el barrio es mezclado, viven ricos y pobres y tiene que ser tolerante, tiene que ser diverso, tiene que ser heterogéneo. Tenemos que aprender a convivir y respetarnos como seres humanos. Yo creo que un arquitecto, cuando se enfrenta a un edificio en una zona de la ciudad, el edificio le tiene que dar a la ciudad, no quitarle”, expuso.
El fundador de Sánchez Arquitectos y Asociados propuso lanzar concursos en los que el Gobierno proporcione tierra e inversionistas y arquitectos presenten proyectos para detonar el desarrollo de ciertos barrios de la ciudad con vivienda accesible e incluyente; lo cual contribuiría a elevar la calidad de vida de la población.
“¿Qué es más importante, hacerte rico, con mucho dinero, porque hiciste un edificio y explotaste a todo mundo y que la gente hable mal de ti, o que digas ‘estoy cumpliendo, estoy dando calidad de vida en espacios en donde la gente vive mejor y se supera?”, cuestionó.
Finalmente, el arquitecto afirmó que la Ciudad de México tiene zonas muy bonitas y otras no tanto; sin embargo, depende de cada ciudadano el mantener en buenas condiciones la parte de la metrópoli en donde habita.
“La Ciudad de México es una bella catástrofe, en donde hay partes bellísimas y hay partes feísimas, pero depende de donde te toque para ver qué puedes lograr para mejorar esa parte. Pero yo creo que siempre hay espacio para el talento, para la creatividad, la búsqueda de la belleza está en nosotros. La Ciudad de México no es una ciudad, son muchas ciudades, y a lo que se debería aspirar es a que, con políticas urbanas sanas, se logre hacer efectivo el derecho a la ciudad”, concluyó.
Este texto se incluye en la edición Mayo-Junio de la Revista Inversión Inmobiliaria
