Por Hugo Blum, fundador y CEO de 100 Ladrillos
Tras la pandemia, el país experimentó altos índices de inflación y las tasas de interés llegaron a niveles récord, por lo que los mexicanos preocupados por su economía, comenzaron a buscar opciones para salvaguardar su dinero, encontrando en la inversión una manera de lograrlo. La Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB) reportó que hasta enero del presente año, casi 5 millones de mexicanos estaban invirtiendo, un crecimiento del 60.33% comparado con el mismo periodo en 2022.
Si bien los números son alentadores, aún hay mucho campo que recorrer, pues es apenas un 8.25% de la población económicamente activa la que tiene una cuenta de inversión y las razones son muchas. Por ejemplo: Según la CONDUSEF, el 43.7% de la población adulta (30.7 millones de personas) si bien ahorran, lo hace sin recurrir a una institución financiera, es decir, 64.8% prefiere guardar el dinero en su casa y solamente el 1% de los que ahorran, invierten su dinero.
Además, hay quienes perciben la inversión como un proceso complejo y solo para expertos, por otro, están aquellos que tienen temor a hacerlo por “historias de terror” de conocidos que perdieron parte de su capital. Este último factor es crucial, ya que nadie quiere que el dinero destinado a hacer crecer el patrimonio, desaparezca.
Desafortunadamente, tenemos que reconocer que muchas de estas historias son reales y refuerzan el miedo a invertir, pues los estafadores generan estrategias cada vez más convincentes utilizando, incluso, nombres de compañías reconocidas. Como parte de la industria entendemos de dónde viene esa desconfianza.
Tenemos un gran reto y es el de generar credibilidad entre los mexicanos, brindarles la confianza de que su dinero está en buenas manos. Lograrlo no será una tarea fácil, pero estoy seguro que podemos hacer cambios que contribuyan a mejorar la percepción actual y con ello, inculcar una cultura de ahorro e inversión para mejorar la salud financiera de los habitantes del país.
¿Por dónde empezar? Uno de los elementos más importantes es la educación financiera, que si bien en los últimos años ha avanzado con la creación de más espacios para aprender de estos temas, aún necesitamos incrementar el interés de los mexicanos por conocer conceptos y herramientas básicas que les permitan tener un mejor manejo de sus finanzas y sobre todo, dotarlos de conocimientos con los que no serán blanco fácil de los estafadores. En este sentido, no muchos saben de la existencia del SIPRES (Sistema de Registro de Prestadores de Servicio Financiero), que estoy seguro hubiera prevenido algunas de las tragedias económicas a las que se enfrentaron varias familias.
También, tenemos que incentivar la regulación pues contar con el respaldo legal de instituciones como la CNBV (Comisión Nacional Bancaria y de Valores) o la CONDUSEF (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, dará a las personas garantías de que su dinero tiene un respaldo legal ante cualquier tipo de eventualidad.
Otro punto para ganar la confianza de los futuros inversionistas es ser más transparentes y cercanos. Como plataformas de inversiones, tenemos la responsabilidad de ofrecer información de utilidad para que cualquier persona pueda entender cómo está trabajando su dinero, hablando incluso de posibles riesgos. En definitiva, hacer las inversiones más accesibles. Al mismo tiempo, al invertir ponen a trabajar su dinero a través de las rentas de inmuebles o ventas con plusvalía que se generan a través de los años y de esta forma, finalmente lograr democratizar la construcción patrimonial para cualquier persona.
Si queremos acercar la cultura del ahorro e inversión a los mexicanos, debemos primero brindar certezas, como lo hace 100 Ladrillos, respaldada con la licencia otorgada por la Comisión Nacional Bancaria de Valores, con este tipo de vigilancia los usuarios pueden tomar decisiones y atreverse a buscar opciones para mejorar su salud financiera, permitiéndoles también tener tranquilidad a largo plazo.