Por Carmen Contreras*
El Proyecto del Plan General de Desarrollo de la Ciudad de México 2020-2040 (PGD 2020-2040), fue publicado por el Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva y plantea como Eje 1 de trabajo “Ciudad Igualitaria y de derechos, educadora y de bienestar”.
El diagnóstico de dicho eje resalta los siguientes datos: una tasa de migración de -2.7% entre 2010 y 2015, un aumento de la población adulta mayor en un 75% en los últimos 15 años, un 15.31% de hogares unipersonales, un 35% de hogares encabezados por mujeres, un 12.6% de nacimientos cuya madre es menor a 19 años y que en 19 de cada 100 hogares vive una persona con discapacidad.
De igual forma destaca que en 2 alcaldías se concentran 2,300 personas en situación de calle (Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero). El 20% de estas personas tiene educación media superior o estudios profesionales, 7 de cada 100 tiene una discapacidad física y 5 de cada 100 alguna discapacidad mental.
Estos datos confirman la necesidad de un sistema de cuidados para la Ciudad de México con el cual se tendrá que afrontar la realidad de personas que envejecen y se quedan solas, personas que están sobrellevando la educación y el cuidado de niñas, niños y adolescentes en casa, que dependen de otros para sobrevivir y en donde “los otros” que “estiraban” sus ingresos o le ponían “más agua” a la sopa para que alcance, también se han ido empobreciendo. Recordemos que del 2018 al 2020 el porcentaje de personas en situación de pobreza pasó de 30 a 32.6%. (Ver en: https://www.coneval.org.mx/coordinacion/entidades/DistritoFederal/Paginas/principal.aspx)
Un sistema en términos de política pública es una red interconectada de actores políticos, recursos, intervenciones multisectoriales y medios para mejorar esas intervenciones a través de las experiencias de éxito o fracaso. El Proyecto del Plan General de Desarrollo de la Ciudad de México se queda corto en su visión de un sistema de cuidados y lo relega al objetivo estratégico “Sistema Universal de cuidados y Bienestar”.
De una idea ambiciosa que empezó durante la discusión entre el Senado, diputadas, diputados y organizaciones de la sociedad civil sobre el decreto para reformar los artículos 4° y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la política de cuidados para la Ciudad de México se redujo a que las poblaciones identificadas en el diagnóstico del PGD 2020-2040 reciba “servicios de calidad” y que, “a través del gobierno”, “se equilibre y fomente la participación igualitaria y equitativa de hombres y mujeres en los trabajos domésticos y de cuidados”. Es decir, todo se centraliza en la acción gubernamental sin considerar el comportamiento del mercado y el empleo, -principalmente para las mujeres-, los cuidados comunitarios en zonas con más carencias materiales, la participación del sector privado del cual dependen las políticas laborales y los arreglos familiares para lidiar con la pandemia.
El proyecto de PGD 2020-2040 en el tema de los cuidados parece ajeno a la necesidad de pensar otra ciudad a partir de una crisis global de salud que a México le ha costado pasar de 20 a 35 millones de personas fuera de los servicios públicos médicos y hospitalarios. También parece ajeno a los derechos de las mujeres trabajadoras del hogar, quienes se desplazan desde municipios metropolitanos a las alcaldías con mejores niveles de ingresos para cuidar a niños y niñas dejando a sus propios hijos a cargo de vecinos, amigos o sus familiares.
El cumplimiento de las metas del “Sistema Universal de cuidados y Bienestar” para la Ciudad de México queda en duda. ¿Cómo lograr un sistema de cuidados para niños y niñas de 0 a 3 años cuando a través de los programas federales que sustituyeron a las “Estancias Infantiles” se distribuyen recursos a cada persona sin tener la certeza de que se utilizan para este fin? ¿Cómo implementar las “licencias de paternidad” y reducir las horas de trabajo de las mujeres en el hogar sin la transformación del sector empresarial? ¿Cómo tener un sistema de “protección integral” para personas adultas mayores sin considerar sus necesidades en cada alcaldía?
Da la impresión de que el tema de los cuidados en el PGD 2020-2040 se incluyó con calzador y para quedar bien con una parte de la sociedad que hemos insistido en las alertas sobre la desigualdad urbana. Si se reactiva la consulta pública y de verdad se retoma la participación ciudadana para su formulación, tendremos que insistir en replantear la universalidad pensada como distribuir recursos monetarios a todas las personas como si estos recursos públicos fueran infinitos o en construir infraestructuras que al paso de los años no podrán ser mantenidas y operadas por el gobierno.
Texto y fotografía: Carmen Contreras
*Directora de Perspectivas de IG y Consultora en Desarrollo Urbano con Perspectiva de Género