Por Adolfo de la Torre González
La inasequibilidad de la vivienda es un problema que trasciende fronteras, pero en Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México, esta problemática adquiere matices particulares que demandan atención inmediata. La alcaldesa Verónica Delgadillo, quien asumió el cargo a finales del año pasado, prometió durante su campaña la creación de una «Agencia Municipal de Vivienda Económica» con el objetivo de facilitar el acceso a viviendas dignas y asequibles para los tapatíos. Sin embargo, a la fecha, esta iniciativa aún no se ha materializado.
Más allá del anuncio político, la gran pregunta es: ¿realmente existe la voluntad de transformar el acceso a la vivienda en Guadalajara? O, como en administraciones pasadas, ¿será solo un organismo más que termine cediendo suelo público al mercado privado, perpetuando el problema en lugar de solucionarlo?
La historia reciente no deja mucho margen para el optimismo. El extinto Instituto Municipal de la Vivienda (IMUVI), ahora convertido en la Dirección de Vivienda del municipio de Guadalajara, optó a principios de 2021 por vender suelo público a particulares, mercantilizando la vivienda en lugar de destinar esos terrenos a la producción de vivienda en renta o a concesiones mediante colaboraciones público-privadas. Los fallos de dichas licitaciones dejan claro que la variable más importante para el ayuntamiento no fue el impacto social, sino qué empresa pagaba más por la tierra, como si se tratara de una negociación entre privados. Si la nueva agencia sigue este mismo camino, solo servirá para engordar el negocio inmobiliario en lugar de garantizar vivienda accesible para la población.
A nivel federal, la reciente reforma a la Ley del Infonavit abre una ventana de oportunidad para que el gobierno participe activamente en la oferta de vivienda. Se busca la construcción de 500,000 viviendas a través del Infonavit y otras 500,000 mediante la Comisión Nacional de Vivienda, con el objetivo de ampliar el acceso a una vivienda digna en México. Sin embargo, el verdadero reto no es solo aumentar la oferta habitacional, sino garantizar que estas viviendas se destinen a quienes más las necesitan y se administren con criterios que prioricen el bienestar social por encima de la rentabilidad del mercado. Además, dadas las diferencias políticas entre el partido en el gobierno federal y la administración municipal de Guadalajara, es probable que, al menos en un inicio, las inversiones en la ciudad sean limitadas o sujetas a condiciones que dificulten su ejecución, lo que podría retrasar aún más la solución a la crisis habitacional local.
El modelo de Guadalajara podría aprender de casos como el de Viena, donde el gobierno municipal invierte anualmente entre 400 y 600 millones de euros en la producción y mantenimiento de vivienda social, permitiendo que alrededor del 60% de los residentes de la ciudad vivan en este tipo de edificios con rentas accesibles y regulación estatal que evita la especulación. En contraste, en México, las administraciones municipales suelen ver la vivienda como un bien de mercado y no como un derecho fundamental.
Guadalajara enfrenta un reto monumental en materia de vivienda. Como ciudadanos, es natural cuestionar si existe un interés real por parte de las autoridades para abordar este desafío de manera efectiva. La ausencia de un plan concreto para la prometida Agencia Municipal de Vivienda Económica sugiere que, una vez más, la vivienda podría quedar relegada a la inercia burocrática y las promesas incumplidas.
No se trata solo de construir más viviendas, sino de garantizar que estas permanezcan en manos públicas como parte de los equipamientos y servicios municipales. Si la vivienda sigue tratándose como un negocio y no como un derecho, Guadalajara continuará expulsando a su población hacia la periferia, deteriorando su calidad de vida y profundizando la crisis urbana.
La pregunta es: ¿seguiremos esperando que las autoridades hagan lo correcto o exigiremos que la vivienda sea una prioridad real y no solo un eslogan de campaña?
*Adolfo de la Torre González – @fofodelatorre
Arquitecto por la Benemérita Universidad de Guadalajara (Guadalajara, Mx.),
con estudios de intercambio en la Universidad Politécnica de Valencia (Valencia, Es.)
y Maestro en Vivienda Colectiva y Ciudad por la Universidad Politécnica de Madrid, ETSAM (Madrid, Es.)
y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, ETH (Zúrich, Ch.).
En 2019, participó en una investigación para el Banco Interamericano de Desarrollo sobre entornos metropolitanos en Latinoamérica. Además, ha sido conferencista y jurado en la cátedra INFONAVIT del Tecnológico de Monterrey en México.
Ganador del premio «Talento Emergente» Noldi Schreck 2024, así como el reconocimiento «award winner» por el proyecto Torre Fauna en los International Property Awards 2024.
Hoy en día es co-coordinador del programa «Escalas de la Ciudad: Vivienda, Barrio, Territorio.» a nivel iberoamérica de la mano de la EAAD del ITESM, así como, catedrático de proyectos en la Benemérita Universidad de Guadalajara, Mx.