Cierra un año complejo y llega uno que tiene el potencial de ser un año positivo para el sector inmobiliario. Toca analizar las historias de éxito del año que termina y los retos del 2026
Por Horacio Urbano
Se acabó…
Cerramos un año complejo de evidentes claroscuros.
Por un lado la economía no crece y el empleo formal entró en una tendencia a la baja, al mismo tiempo que la informalidad avanza varias casillas.
Se estancan las esperanzas del tan cacareado y esperado Nearshoring y seguimos muy atentos (y dependientes) a los exabruptos de Trump.
La construcción va en evidente picada a causa de la falta de inversión pública, de los excesos regulatorios y de la delincuencia.
El sector inmobiliario avanza a diferentes velocidades según el segmento del que estemos hablando, y así como no levantan los de oficinas y centros comerciales, y el industrial, pese a todo, sigue siendo el de mayor dinamismo, la vivienda ha recuperado posiciones entre las prioridades de la agenda nacional, bajo el empuje de la promesa del programa de Vivienda para el Bienestar, pero muy, muy sólidamente anclado en las realidades de la inversión privada y el desempeño de los grandes fondos de vivienda (que a fin de cuentas, también son inversión privada).
Año complejo, malito para el conjunto de la economía, terrible para la construcción, difícil para el sector inmobiliario, pero prometedor en lo que respecta al desarrollo y financiamiento de vivienda.
Para el sector inmobiliario, hay que decirlo, fue un año malo, en que se perdieron grandes inversiones y proyectos, pero no podríamos decir lo mismo en lo que toca a vivienda, que, en el promedio avanza positivamente y con buenos pronósticos, aunque, claro, con diferencias conforme a región, tipo de producto y empresa.
La vivienda cierra un buen año y se encamina a uno que aún pinta mejor.
Porque en medio de estos claroscuros, y pese a todo, hay que decir que el año nos deja grandes historias de éxito…
La mayor y más mediática, la protagonizada por Vinte, que preside Sergio Leal, y que con base en la adquisición de dos de sus competidores, Javer y Derex, consolida su posición como la desarrolladora de vivienda más grande del país, ganando no solo volumen, sino, además, alcance regional.
Otra gran, gran historia, es la que están escribiendo los Fibra (Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces), que son una más que probada realidad como vehículo que, desde el mercado de valores, impulsa la democratización de las inversiones en el sector inmobiliario.
Y por supuesto, si hablamos de los Fibra, siempre hay que destacar lo que está haciendo Fibra Uno, de Moisés y André El-Mann Arazi, que sigue creciendo tanto y a tal velocidad, que este agónico 2025 se dio tiempo para crear un nuevo Fibra, Fibra Next, para concentrar su operación en el segmento industrial.
Ojo, que sumando ambos fideicomisos, Fibra Uno administra un portafolios de 395,000 millones de pesos, traducido en 607 Propiedades y 12.6 millones de metros cuadrados de superficie rentable, con un índice de ocupación de 95 por ciento.
Entre las buenas historias hay también que apuntar la operación con que Grupo Hir, de Justino, Ari y Polo Hirschhorn, adquirió la firma de intermediación de créditos hipotecarios, Creditaria, fortaleciendo así una estructura que ya cuenta con desarrolladora inmobiliaria, banco, empresa de autofinanciamiento, aseguradoras, el mismísimo Centro de Exposiciones del WTC México, y, ahora, Creditaria.
Y ya como cierre de año se filtran rumores de una operación que podría anunciarse en el primer trimestre del nuevo año, y que apunta a la consolidación de una serie de fideicomisos que tienen que ver con la desarrolladora de vivienda SkyHaus, de Federico Cerdas.
La operación es relevante; tendría un impacto importante en el mercado inmobiliario de la Ciudad de México y permitiría “nacionalizar” proyectos inmobiliarios en que hoy participa un fondo canadiense, dando al portafolios mayor viabilidad en la medida en que tendrían los beneficios de mucho mayor control local, continuidad operativa y capacidad directa de ejecución.
Más allá del tamaño del portafolio involucrado, las implicaciones estructurales de la operación reordenarían flujos fiduciarios, simplificarían gobernanza, acelerarían decisiones técnicas y administrativas, normalizarían calendarios de obra y escrituración y recuperarían certidumbres que requiere el comprador final.
Y ojo, que con esto se abren nuevos tiempos en el análisis del papel del desarrollador local ante capitales extranjeros, de las estructuras de los fideicomisos y de la relación entre gobernanza de los proyectos y la capacidad real de terminación y entrega de los mismos.
Lo dicho, esto que cierra el año como rumor se vería reflejado como realidad en el primer trimestre del 2026.
Como decía, cierra un año complejo y llega uno que tiene el potencial de ser un año positivo para el sector inmobiliario. Toca analizar las historias de éxito del año que termina y los retos del 2026.
Comentadas las historias de éxito, vayamos a los retos, que por la ocasión podrían también listarse como Carta a Santa Claus…
A ver…
Urge reactivar la construcción y para ello es indispensable el retorno suficiente y oportuno de la inversión pública.
Urge también un proceso poderoso, eficiente y rápido de simplificación administrativa que elimine las absurdas trabas regulatorias que tienen inmovilizado al sector.
Urge hablar de los alcances de la delincuencia que encarecen, obstaculizan y cancelan, las operaciones logísticas que permiten trasladar materiales de construcción a todos los lugares del país.
Hay que decirlo, porque cada semana hay historias de traileros secuestrados, cargas y vehículos robados y derechos de piso aplicados.
Urgen más… Más contundentes certidumbres por parte de los gobiernos. Porque podría haber más inversiones si hubiera mayores seguridades para los inversionistas.
Urge que los gobiernos resuelvan las carencias de agua y luz, y las debilidades de los instrumentos de planeación urbana y las normativas de construcción.
El nuevo año llega como una gran promesa… Esta en manos de las autoridades lograr que esa promesa se convierta en realidades.
¡Estamos buscando innovadores!
Está abierta la convocatoria para participar en los siguientes capítulos del Think Tank Inmobiliario que hemos desarrollado como parte de la plataforma de Liga Inmobiliaria, formada por un potente grupo de empresas y organismos, y que tiene como objetivo identificar y promover ideas que puedan transformar el sector.
La intención es identificar estas ideas y ponerlas en contacto con los líderes del sector para que ello pueda traducirse en nuevas oportunidades para fortalecer estos proyectos.
Buscamos innovación en temas como sustentabilidad, proptech/fintech y construcción.
Atentos, está abierta la convocatoria para quienes quieran presentar sus proyectos en este ejercicio de innovación.
¿Interesados?
Informes: [email protected].
Dejo aquí la liga para que descarguen la Edición Especial de la revista Vivienda, que tiene como tema central la crónica de la primera edición de Liga Inmobiliaria y Think Tank Inmobiliario.
Felices fiestas
Y bueno… Cierra el año y deja muchos temas para marcar lo que sin duda será un muy complejo 2026.
Y más allá de los grandes temas que definen la marcha del país, habrá además que seguir con toda atención aquellos relacionados con las agendas de ciudades, desarrollo inmobiliario y vivienda, esperando que se logren sumar las voluntades y esfuerzos necesarios para que lo que venga sea en beneficio de los mexicanos.
Por lo pronto solo queda reiterar que aquí seguiremos para dar seguimiento a esos temas, y dejar las últimas líneas para desear a todos felices Fiestas.
Me tomo un descanso. Nos vemos en enero.









