En los últimos años, he comprobado que tener seguro social, te puede salvar de ciertas complicaciones, con esto, no digo que el Instituto Mexicano del Seguro Social, sea una institución eficiente, no, todos conocemos sus carencias, tanto en el servicio, como en los trámites.
Sin embargo, en mi segunda experiencia de haber asistido y tener incapacidad, valorando todos los pros y contras, creo que no es tan malo. No es tan malo, si contemplamos que mensualmente tanto nuestra empresa como nosotros como empleados, pagamos por el servicio; no es tan malo, si contemplamos qué gracias a ello, podemos disponer de un servicio médico (insisto que este no es bueno).
Y sobre todo, no es tan malo, si al tener este servicio y de acuerdo a la valoración de los médicos, puedes disponer de incapacidad; aunque poder cobrar esto, sea un proceso complicado difícil de concretar, al menos puedes quedarte a trabajar desde casa, mientras tu salud mejora.
Yo llevo 18 días de incapacidad, por un esguince de 2do. grado, y aunque apenas ayer comencé a notar mejoría en mi pie, el andar con el pie inmóvil y usando muletas, no es la forma más cómoda de reponerte, sé qué sin el servicio del IMSS, no podría justificar el no estar asistiendo a mi oficina, aun cuando trabaje desde casa.
Por supuesto, ante estas situaciones, uno recurre a segundas y hasta terceras opiniones, que te ayuden a mejorar más rápido, aunque como bien dicen los médicos en estos casos, no hay nada mejor que el reposo.
Yo seguiré con las indicaciones médicas, mientras mi pie termina de recuperarse y espero pronto estar bien y poder andar de un lado a otro, sin muletas. Definitivamente, es mil veces mejor ir a trabajar normalmente cada día y ver a tus compañeros de trabajo, que estar de incapacidad, encerrada en casa sin poder moverte.