Existen dos formas de ver un rompimiento. La primera es como un final, y la segunda como un nuevo comienzo. La primera deriva de las risas, recuerdos, abrazos, caricias. Pero la segunda, esa depende completamente de ti.
En blogs pasados había compartido con ustedes las 5 etapas de una relación, pero en esta ocasión intentaré ser un poco más realista, así que presentaré las 5 etapas del rompimiento.
A diferencia de las 5 etapas del noviazgo, el rompimiento si lleva nombre en cada una de ellas: Enojo, nostalgia, tristeza, superación, aceptación. Y el proceso para pasar por cada una de ellas puede ser tanto doloroso como grato.
Hablemos del enojo. Esta es la etapa más fugaz del rompimiento, ya que solo dura el tiempo suficiente para tomar la decisión de terminar por completo con la relación. La etapa donde te das cuenta de todo lo que en verdad sentías y ya no reprimes por miedo a lastimar.
Una vez pasado el enojo, llega la nostalgia. Recuerdas todos los momentos a su lado y te dan unas ganas inmensas de llamarlo, porque empiezas a acostumbrarte a estar sin él. Esta puede ser la etapa más difícil de superar.
La tristeza es el último paso para terminar con la lista de etapas amargas del rompimiento. Cabe resaltar que aquí (especialmente las mujeres) es cuando tiendes a subir de pesos y gastar tu dinero en chocolate o helado. No te preocupes, esta etapa, a pesar de ser larga y dolorosa, también es en la que sanas por dentro y disfrutas un poco de la soledad.
Seré sincera, no existe tal cual una etapa de superación. La realidad es que este tipo de cosas no se superan. Simplemente aprendes a vivir con tu presente y a lidiar con todo lo que venga en él. Pienso, más bien, que esta etapa sirve para bajar los kilitos de más que ganaste en la etapa anterior, arreglarte y salir a conocer gente.
Cuando llegas a la etapa de aceptación, tu mundo cambia por completo. Es aquí cuando puedes ver sus fotos sin sentir deseos de llamarlo; cuando te lo encuentras en la calle y no pasa de un saludo; cuando sales con alguien por el simple gusto de salir y ya no duele.
No es sencillo pasar por todo este proceso, lo sé. Pero de verdad es muy grato cuando te das cuenta de que algunas personas pueden ser la mejor experiencia en tu vida y que solo son eso: experiencias. Y toda experiencia, tanto buena como mala, es un salto para crecer como persona. Lo mejor es terminar siempre el capítulo de una forma sana, y así empezar nuevamente, como con una página en blanco.