Hasta que llegué a Centro Urbano comencé a poner atención en los inmuebles de la ciudad de México. Antes solo pasaba y veía mas no observaba. Ahora me gusta pasar por algún lugar y saber de qué arquitecto se trata, si pertenece a algún Fibra, si ha tenido ampliaciones o bien, desde cuándo está construido.
A veces sólo se saben ciertos datos cuando se anuncian las construcciones o bien, el día de la inauguración; en ocasiones paso de forma cotidiana por un mismo lugar y veía nada más los escombros, ahora me detengo a leer el nombre de la constructora, sí tendrá certificación, el despacho de arquitectos pero sobretodo admiro el proceso de construcción.
En las presentaciones de los proyectos siempre lo importante es conocer los montos de inversión, los metros cuadrados que se construirán, si será usos mixtos, centro comercial, hotel o vivienda residencial.
Pocas veces había pensado en todos los oficios, profesiones y personas involucradas para poder materializar esos planos que se admiran y que a veces parece inalcanzable poder contemplar esas construcciones que ahora parecen futuristas y salidas de películas cada vez más cercanas a la realidad.
Hace días tuve la oportunidad de asistir al evento de una Fundación que en realidad se unían tres fundaciones para trabajar en conjunto con el finalidad de beneficiar a los trabajadores de la obra, esas personas en las que rara vez pensamos pero que son una parte fundamental de cada construcción porque con su trabajo diario y literal el sudor de su frente, se construye cada piso de esta ciudad.
Es conmovedor ver a los trabajadores de una obra sonreír cuando se les apoya de cualquier manera, ese día se les entregaron lentes a aquellos que no veían bien, las sonrisas de los beneficiados contagiaban a los asistentes cuando se probaban los lentes.
Este esfuerzo fue gracias a la unión entre “Ver bien para aprender mejor” y Fundación Gigante, ya que la entrega se realizó en uno de los desarrollos de Gigante Grupo Inmobiliario localizado en Polanco.
De igual manera, se inauguró un aula con equipo de cómputo para que los trabajadores puedan terminar sus estudios, ya que, muchos de ellos cuentan solo con primaria. Este esfuerzo fue posible gracias a la unión entre Gigante y la Fundación “Construyendo y Creciendo” de José Shabot.
Jaime Alverde, director de general de Gigante Grupo Inmobiliario, quien destacó que ““como empresarios del sector de desarrollo inmobiliario tenemos la responsabilidad siempre de ayudar a toda la gente que trabaja con nosotros porque les estamos dando las herramientas para que puedan superarse”.
De manera personal, ya veo las construcciones de manera distinta, los trabajadores de la obra son los que hacen posible cada pared, sin olvidar el trabajo de los plomeros, electricistas, arquitectos e ingenieros.
