Entre fanfarrias, aplausos y ¿esperanza? Hemos sido informados que ¡tendremos un nuevo aeropuerto en 50 años!
“El que persevera alcanza”, “otra vez la burra al trigo” y tal vez hasta “#nofuepenal” y “#Graciastotales” son frases que ayudan a describir los hechos que trascienden en torno a la construcción del aeropuerto.
Y es que el ciudadano presidente, licenciado Enrique Peña Nieto, decidió retomar el digamos “olvidado” proyecto de construir un nuevo y supuestamente autosustentable aeropuerto de seis pistas en la región donde se encontraba el lago de Texcoco, en el Estado de México.
Revisando un poco la historia, descubriremos que es una obra iniciada hace años, ya que el plan comenzó a estructurarse desde finales del sexenio de Ernesto Zedillo, periodo en el que se había realizado ya un estudio preliminar de ampliación del actual aeropuerto en la cuenca de Texcoco.
Luego, ya con Vicente Fox al frente del ejecutivo, el proyecto fue retomado pero quedó en calidad de inconcluso porque causó conflictos entre el gobierno y los comuneros de San Salvador Atenco, quienes se levantaron con machete en mano para evitar lo que calificaban como el despojo de sus tierras.
Este año, bajo el marco del segundo informe de gobierno, el actual presidente Peña presentó lo que se considera “el proyecto de infraestructura más importante del sexenio”, realizado en esta ocasión por Romero Havauz- Foster and partners, firma perteneciente a Fernando Romero Havaux, quien resultó ganador en las licitaciones para el desarrollo de la obra que costará 169 mil millones de pesos, y es yerno de Carlos Slim.
¡Y ahora sí! con todo y manifestaciones, descontento, protestas y conflictos sociales que despiertan luego de más de una década, el nuevo aeropuerto es una realidad. Es decir, “¡El que persevera alcanza!”
Por su parte, los habitantes de San Salvador Atenco aseguran que desde hace meses ya se instalaron varias grúas y maquinaria para iniciar con los trabajos del nuevo aeropuerto; a lo que Adán Espinosa, representante legal de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), comentó a la revista Proceso que “el gobierno federal pretende despojarlos de sus ejidos, como lo han intentado desde 2001, cuando se echó a andar la iniciativa México, Ciudad Futura creada por el arquitecto Teodoro González de León y su equipo”. Es decir “¿Otra vez la burra al trigo?!”
Quizá los llamados “macheteros” no estén tan equivocados y definitivamente no sea factible construir el bautizado “aeropuerto épico” en aquellas tierras. Ya que si nuevamente protestan ante el mismo hecho, podemos pensar que hay cosas más importantes por resolver en aquella región ¿o no?
De hecho, es probable que en todo el Estado de México, Distrito Federal y a lo largo y ancho de la República Mexicana, haya asuntos más importantes que atender como la desnutrición, la violencia, el desempleo, los bajísimos niveles de educación, la carencia de vivienda, las inundaciones y una infinidad de conflictos que podrían tener mayor prioridad que la construcción de un aeropuerto de primer mundo en el tercer mundo… perdón, en un país en vías de desarrollo.
En conclusión, habrá que esperar literalmente 50 años (que es lo que tardarán en culminar la obra) para saber qué será de México con su nuevo aeropuerto. Y sí seguimos vivos, seguro iniciaremos la anécdota correspondiente diciendo: “si, recuerdo que fue poquito después del #NofuePenal cuando anunciaron…” o platicaremos que en twitter había puros #GraciasTotales porque falleció Cerati “cuando Peña Nieto anunció…” y así, un sin fin de acontecimientos que transcurren actualmente mientras “mueven a México”.