Desde que tengo memoria, él siempre ha estado ahí, siempre dispuesto a todo, a cuidarte, a ayudarte, a estudiar contigo, a enseñarte y básicamente, a nunca dejarte sola.
¿Quién es él?
Mi hermano, una de las personas más inteligentes que conozco, con una nobleza enorme (mezcla, sin duda, de las mejores virtudes de mis papás).
Con él, he pasado parte de los mejores momentos de la vida, especialmente nuestra niñez, cuando mi papá nos llevaba a todos lados, al fútbol, a las luchas, a los bailes, entre otras cosas más.
Él fue mi compañero de aventuras, y también ha sido mi compañero en las mayores alegrías y en las más profundas tristezas. Hemos crecido y también, nos hemos caído juntos, pero siempre, hemos estado el uno para el otro.
Mi primera cajita feliz, él me la compró cuando empezó a trabajar a los 15 años, él fue a recogerme a mis primeros conciertos a los que fui sola, también compartí varios con él, y con mis primos consentidos.
Y no soy la única para quien siempre ha estado, somos muchas las personas que hemos tenido la fortuna de estar en su vida.
Él, que ha hecho mil cosas por mí, por verme bien; él, siempre él, mi mejor amigo, mi hermano.
Y talvez se pregunten ¿por qué habló de él?
Porque estoy feliz por él, pues el próximo lunes, mi hermano hará su examen profesional, un momento que toda la familia hemos esperado, un momento que se merece disfrutar al máximo, pues todos quienes lo queremos (incluidos nuestros ángeles) sabemos que no ha sido fácil, pero que sin duda, este momento llegaría.
Yo estoy feliz, mi corazón está súper contento, porque en este mundo hay pocas personas tan grandes como él, con tanto amor y tanta luz.