Por Rodrigo Pumarejo de la Serna.
“La principal función de la ciudad es la de transformar el poder en forma, la energía en cultura, la materia inerte en símbolos vivos del arte, la reproducción biológica en creatividad social.” Lewis Mumford
Más de la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades. Esta tendencia a la alza permite calcular que, para el año 2050, dos terceras partes de la humanidad serán residentes urbanos, de acuerdo con cifras de la ONU. Lo anterior, nos ha obligado a reflexionar -desde múltiples ámbitos y sectores- sobre el presente y futuro de estos grandes conglomerados, coincidiendo todos en la necesidad apremiante de redoblar esfuerzos hacia su desarrollo sostenible.
Diversos foros, tanto académicos como intergubernamentales, realizados en los últimos años a nivel internacional, han reafirmado el valor de la cultura como uno de los principales motores para el desarrollo sostenible de las ciudades. La Nueva Agenda Urbana, adoptada durante la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Habitat III) o el Informe Mundial sobre la Cultura para el Desarrollo Urbano Sostenible (UNESCO), son ejemplos que reconocen el papel estratégico y transversal de la cultura en el bienestar de las ciudades, no sólo en términos sociales, sino también económicos y medioambientales
Si bien la cultura constituye un elemento fundamental para el desarrollo urbano, las ciudades por su naturaleza han sido, a lo largo de la historia, espacios de encuentro que facilitan la interacción social, promueven el intercambio de ideas y fomentan la creatividad e innovación; laboratorios vivos del devenir humano. Así, ciudad y cultura –ambas fruto y consecuencia del hombre en tanto ser social– se retroalimentan y enriquecen mutuamente en incesante simbiosis.
Desde Atenas, Babilonia o Jericó, hasta Nueva York, Tokio o Barcelona, pasando por Florencia, Londres o Venecia, las ciudades han sido vibrantes núcleos de creación y desarrollo artístico y cultural. En ellas, la cultura se crea y se recrea acumulando un vasto patrimonio arqueológico e histórico, nutriendo las más diversas manifestaciones de vanguardia, al tiempo de cultivar ricas tradiciones inmateriales que facilitan la convivencia diaria y estimulan la cohesión social. Artistas, académicos, instituciones, organizaciones civiles, universidades, industrias creativas y un sin fin de actores públicos y privados colaboran, junto con diversas comunidades y la sociedad en su conjunto, en la construcción y difusión de la cultura en todas las ciudades del planeta.
La arquitectura es, con toda seguridad, la expresión artística más visible dentro del paisaje urbano, pero en él también coexisten numerosas muestras culturales como las artes escénicas y visuales, las fiestas populares, la gastronomía, la literatura o las prácticas inter y transdisciplinarias que, de la mano de la ciencia y las tecnologías, ofrecen un efervescente caleidoscopio que teje, amalgama y da sentido de pertenencia a los ciudadanos que las habitan.
Existen muchos ejemplos que ilustran los beneficios y bondades de proyectos que se han desarrollado en el marco de este binomio ciudad-cultura cultura-ciudad. Creación o revitalización de museos, centros culturales, sitios históricos, festivales, ferias, mercados, bibliotecas, expos y programas diversos, muestran cómo la cultura detona procesos de transformación que a su vez derivan en construcción de ciudadanía.
Museo Guggenheim Bilbao
Hace algunas décadas, la ciudad de Bilbao decidió emprender una metamorfosis que la llevó a dejar atrás un modelo industrial en crisis para iniciar un veloz despegue económico, teniendo a la cultura como base y plataforma para el lanzamiento de numerosos proyectos. Así, el paisaje fabril dio la bienvenida a espacios urbanos y naturales rehabilitados y recuperados, convirtiendo a la ciudad en un atractivo destino turístico cuya gema de titanio se alza al margen de la saneada ría. El Museo Guggenheim, obra del arquitecto Frank Gehry, visitado por más de un millón de personas cada año -de las cuales el 66% es de origen extranjero- genera una derrama económica superior a los 400 millones de euros y contribuye al mantenimiento de más de 9 mil empleos. La transformación de la ciudad fue reforzada con nuevos proyectos de infraestructura (puentes, tranvía, metro y aeropuerto) diseñados por arquitectos como Norman Foster y Santiago Calatrava. La creatividad como estímulo para el desarrollo urbano.
Gigantes, OSGEMEOS, Vancouver
Vancouver, una de las ciudades con mejor calidad de vida en el mundo, ha alcanzado su prestigio debido a múltiples factores, entre ellos su cultura. El programa de arte público de la ciudad ha apoyado la creación de más de 300 obras de arte en sus 25 años de existencia. El Consejo de la Ciudad recientemente aprobó una asignación de 1.5 millones de dólares en fondos de arte público durante 2017 y 2018. Existen además numerosas iniciativas respaldadas por la iniciativa privada, asociaciones civiles e instituciones públicas, que han contribuido al desarrollo de la ciudad a través de la cultura. Un ejemplo es la Bienal Internacional de Escultura de Vancouver, organización sin ánimo de lucro que ha desarrollado el proyecto “Museo al aire libre”, el cual lleva el arte contemporáneo a espacios donde la gente vive, trabaja, juega y transita, convirtiéndose en un estupendo catalizador para el aprendizaje, el compromiso comunitario y la acción social. A la fecha, la Bienal ha facilitado la adquisición de más de 3 millones de dólares en obras de arte público, entre ellas el mural en 3D Gigantes, realizado por los artistas brasileños OSGEMEOS en los enormes silos de la empresa cementera Ocean Concrete, ubicada en la popular isla de Greenville, que recibe cada año a 10.5 millones de turistas.
Un tercer ejemplo es la ciudad de Medellín, Colombia, en donde la tasa de homicidios se ha reducido drásticamente al tiempo de registrar un incremento continuo en el Índice de Desarrollo Humano gracias al decidido impulso de un plan estratégico a largo plazo, el cual tiene como objetivos garantizar equitativamente el acceso a los servicios públicos, mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y promover oportunidades en educación, cultura y empleo, considerando al urbanismo como elemento de inclusión comunitaria y generador de nuevas dinámicas culturales. Destacan especialmente acciones como la creación de los parques-bibliotecas, museos de barrio, Unidades de Vida Articulada, el proyecto ciudad escuela, el programa de ciudadanía cultural, así como numerosas actividades artísticas y culturales de diversa índole que, bajo la premisa de la inclusión, han facilitado la recuperación de espacios públicos y creado sociedades con mayor cohesión.
Parque Biblioteca España, Medellín
Para finalizar, simplemente me remitiré a las sabias palabras de Claude Lévi-Strauss, uno de los más grandes pensadores del siglo XX:
…tenemos el derecho de comparar, como tan a menudo se ha hecho, una ciudad con una sinfonía o con un poema: son objetos de la misma naturaleza. Quizá más preciosa aún, la ciudad se sitúa en la confluencia de la naturaleza y del artificio. Congregación de animales que encierran su historia biológica en sus límites y que al mismo tiempo la modelan con todas sus intenciones de seres pensantes, la ciudad, por su génesis y por su forma, depende simultáneamente de la procreación biológica, de la evolución orgánica y de la creación estética.
Es a la vez objeto de naturaleza y sujeto de cultura; es individuo y grupo, es vivida e imaginada: la cosa humana por excelencia.
Rodrigo Pumarejo de la Serna. Actualmente es Director General Adjunto del Centro Nacional de las Artes. Cuenta con más de 20 años de experiencia en gestión cultural dentro de diversas instituciones públicas y asociaciones civiles dedicadas al fomento y promoción de actividades culturales, artísticas y sociales. Entre otros cargos ha sido Gerente del Palacio de Bellas Artes, Asesor del Instituto Nacional de Bellas Artes y coordinador de festivales como “Música por la tierra”. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México y cuenta con estudios de posgrado en Museología, por la Universidad Iberoamericana.
Twitter: @rodrigopumarejo