Por Lleïr Daban*
Desde tiempos inmemorables, los gobiernos han hecho acción exterior. Solo tenemos que pensar y recordar cuando las diferentes comunidades organizadas debían de comunicarse e interactuar con otras a su alrededor. Inicialmente, lo hacían representantes asignados que ejercían esta labor de forma puntual o hasta conseguir el objetivo; un tratado o un pacto de paz o comercial.
Por su parte, la emergencia de los gobiernos regionales y locales en la escena internacional es un proceso que se ha extendido y generalizado rápidamente en los últimos años y del cual Catalunya no es ajeno. En la actualidad podemos afirmar que un gobierno subnacional no puede ejercer plenamente sus competencias, prestar los servicios públicos, promocionar su capacidad productiva o desarrollar el modelo de territorio que desea impulsar, sin entrar en una dinámica de relaciones con actores del extranjero.
Las relaciones internacionales son hoy, para todo territorio, una necesidad y un derecho, además de un espacio vital de aprendizaje y de oportunidad para desarrollar las localidades a través del intercambio de mejores prácticas, inversión, comercio, turismo, cultura, innovación y cooperación.
La internacionalización no es un fin en sí mismo. Los gobiernos regionales, de las ciudades y autoridades locales deberán garantizar que sus relaciones con el extranjero contribuyan a hacer de su territorio un espacio más incluyente, más sustentable y atractivo.
Las iniciativas e intercambios internacionales deben generar resultados e impactos concretos y articularse en una política pública que contemple una estrategia de desarrollo territorial sostenible que genere bienestar para las comunidades.
Catalunya, como gobierno y como nación que somos, apostamos en este sentido en la acción exterior subestatal, porqué tenemos una vocación internacionalista y la voluntad irrenunciable de tener voz propia con el objetivo de explicar Catalunya al mundo.
Lo que somos y lo que hacemos parte de nuestra convicción como actores con responsabilidad global que trabajamos para tejer alianzas y aportar al mundo nuestras experiencias, praxis y casos de éxito, y todo esto, mediante el diálogo, la creatividad, el respeto y la innovación.
Durante años, la acción exterior catalana dependía de Presidencia, no es hasta 2016 que el Govern de la Generalitat, crea su Cancillería con el objetivo de desplegar de forma progresiva delegaciones de Catalunya al mundo, que se han ido consolidando hasta llegar a la actual situación en la que cerraremos el año con un total de 20 Delegaciones más algunas oficinas de representación, trabajando y llegando a un total de 63 países en todo el mundo.
Las delegaciones tienen su máxima vocación de constructoras de puentes y tejedoras de lazos entre Catalunya y nuestros diferentes países de trabajo. Siempre con la voluntad de sumar y aprender, con una visión de construcción colectiva beneficiando al máximo posible de personas. Entendiendo que con la cooperación y la colaboración podemos llegar mucho más lejos y con mejores resultados.
Hoy definitivamente Catalunya es ya un actor relevante de las relaciones internacionales que promueve la territorialización de las agendas globales de desarrollo. La Generalitat estuvo presente en Hábitat III en Quito y allí surgió el compromiso del Govern de poder desarrollar su propia Agenda Urbana como un plan estratégico que sea congruente con la Agenda 2030 pero mirando más allá, con objetivos de cara al 2050 y haciendo protagonistas de su implementación a los municipios y territorios locales como espacios de proximidad desde donde se puede articular una visión de desarrollo sostenible e inclusivo.
*Lleïr Daban,
Delegado del Gobierno de Cataluña en México y en Centroamérica.
Twitter: @LleirDaban