Por María Ariza*
El 2022 fue un año complicado para los mercados, que estuvieron dominados por los temores de inflación, y las agresivas alzas en tasas de interés. Hoy, el final de ese ciclo se presenta más cercano e incluso algunos empiezan a vislumbrar el inicio del ciclo de recortes. Los temores de recesión se han ido disipando y las noticias sobre la inflación han estado del lado positivo. Este cambio de ánimo entre los inversionistas impulsó a que en tan solo 3 semanas el FTSEBIVA revirtiera en su totalidad la pérdida de valor que acumuló en 2022.
Aun cuando las tasas se mantuvieran altas por más tiempo de lo esperado, saber que el costo de financiamiento no seguirá subiendo, sino que se encuentra ya cercano a su nivel más alto, se convierte en una pieza importante en la proyección de utilidades y planeación de proyectos. Si las tasas incluso empezaran a bajar antes del final del año, estaríamos hablando de un ambiente mucho más propicio para la inversión.
Desde nuestra perspectiva, estos movimientos son parte de los ajustes cíclicos en los mercados. Y, precisamente, cuando nos acercamos a un punto de inflexión es cuando se presentan las mejores oportunidades.
El monto financiado a través del mercado valores en México en 2022, fue de 484 mil millones de pesos. En 2023, se espera que esta cifra pueda crecer hasta un 7%. Nuestra expectativa es que las bondades del mercado de renta fija atraigan a un mayor número de empresas de las 185 actuales que emiten deuda en el mercado local. Existen diferentes instrumentos de financiamiento para las empresas mexicanas a través del mercado de renta fija y, el más popular, es el de certificados bursátiles, a través del cual se levantó el 95% del financiamiento; 41% a corto plazo y 54% a más de un año.
Para el sector inmobiliario, el financiamiento en 2022 a través de bonos fue de 8 mil millones de pesos. Adicionalmente, las Fibras tienen un valor de mercado actual de 330 mil millones de pesos. Tan solo en 2022, levantaron casi 1,500 millones de pesos, incluyendo el listado de una nueva Fibra enfocada en el sector agropecuario, colocada a través de BIVA.
Los CERPIS y CKDs son dos instrumentos que han demostrado ser sumamente exitosos. Aquellos destinados a la construcción y al sector inmobiliario levantaron un total de 1,730 millones de pesos, el 100% de los mismos a través de BIVA.
Después de un largo descenso en la construcción de desarrollos de vivienda, infraestructura y oficinas, el fin de los vientos en contra del 2022 (como los altos precios de los bienes básicos para la construcción y el costo del financiamiento), se presenta como una oportunidad para impulsar al sector.
Además, las circunstancias están cambiando, los cambios geopolíticos favorecen al desarrollo de México. Las principales industrias manufactureras están volteando a ver a México con nuevos ojos, considerándolo un destino seguro y confiable para su producción. La necesidad de tener cadenas productivas resilientes ha propiciado que los gobiernos comprometan grandes sumas de dinero para impulsar sectores estratégicos como el de semiconductores y baterías para vehículos eléctricos, por mencionar algunos.
El sector inmobiliario es uno de los grandes beneficiarios de esta nueva oleada de inversiones. Inmuebles de tipo industrial, logístico y de almacenaje, así como para vivienda y turismo de negocios, son algunas de las vertientes que se perfilan para recibir un notable incremento en la demanda. El norte y bajío son las zonas del país que se presentan como obvias ganadoras de esta tendencia, pero los beneficios pueden seguir extendiéndose hacia nuevas áreas si se cuenta con la infraestructura necesaria para ello.
Con esta combinación de eventos que se están desarrollando en el 2023, en BIVA nos declaramos optimistas. El ambiente macroeconómico empieza a estabilizarse y hay vientos de cola que pueden impulsar al sector inmobiliario de forma importante. La opción más eficiente para financiar el crecimiento de un sector tan importante para el desarrollo del país está en los mercados públicos.
Este será un año en el que se cimentarán iniciativas importantes para el mercado de valores. La reforma a la ley impulsada en conjunto con el gremio, como una solución real a los años de trabajo intenso en nuestra búsqueda de mejores condiciones para las PYMES en el mercado de valores, busca simplificar la llegada de nuevas empresas a la bolsa, ya sea a través de la emisión de bonos o acciones que solo estarán disponibles para inversionistas calificados. Esto abre una puerta para que empresas pequeñas y en crecimiento encuentren una alternativa viable para llegar al mercado.
El mercado de capitales mexicano evoluciona para ser una opción sólida y rentable para las empresas mexicanas. Confiamos que este 2023 será un buen año para las empresas del sector inmobiliario, cuando finalmente puedan dar vuelta a la página a los enormes retos enfrentados en años recientes. Para todas aquellas empresas listas para seguir apostando por México, BIVA está con ustedes, como lo hemos demostrado trabajando contra viento y marea.
*María Ariza, Directora General de BIVA