Por Jaume Molet Pérez
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) ha estimado en 25 mil millones de dólares la Inversión Extranjera Directa (IED) que México recibirá este 2017. El organismo federal ProMéxico ha difundido que la cifra será al menos de 21 mil millones de dólares según sus propias estimaciones.
Con 40 acuerdos comerciales globales ha llegado el momento en que México saque provecho de ellos y voltee su mirada a Asía y la Unión Europa pues son éstas las regiones que están apostando por una apertura frente al encapsulamiento y proteccionismo que el vecino del norte está dictando.
Europa, Asia, Oceanía, Sudamérica se vislumbran como fuertes aliados si México, su gobierno y su clase empresarial saben aprovechar la coyuntura y se deciden por una política que impulse una diversificación de socios al tiempo que se fortalece el mercado interno, ese gran actor que parece olvidado cuando las amenazas de la Administración Trump son emitidas casi a diario y casi a diario golpean a México.
Consolidada como la segunda economía más grande de América Latina, según la Secretaría de Economía el 62% de la Inversión Extranjera Directa ya proviene de Asia y Europa, mientras que EUA aporta el 38%. Claro, estamos hablando de dos continentes frente a un solo país, sin embargo, no está nada mal como punto de arranque de una nueva etapa en donde la diversificación de capital extranjero le permita a México ser más independiente y tomar decisiones de manera más libre según convenga a sus intereses.
Para el administrador de activos inmobiliarios Brookfield Infraestructure es momento de capitalizar oportunidades, nosotros en Lamudi coincidimos con esta visión, así como con la que impulsa la diversificación de socios extranjeros. Después de todo somos una empresa cuya matriz se encuentra en Alemania y que cuenta con socios asiáticos buscando establecernos en mercados emergentes para crecer y ayudar a crecer a nuestros empleados al tiempo que contribuimos en el desarrollo del sector inmobiliario de cada país en donde estamos.
La solidez de una diversificación de la IED nos vuelve resilientes al entorno global, tan sólo en 2016 la IED en México superó la cifra de los 26 mil millones de dólares y pese a un entorno global complicado en 2017 las expectativas no se alejan mucho de la meta alcanzada el año pasado.
La IED es un termómetro de confianza, entre más IED existe en un país, más competitivo es ese territorio pues se crean más empleos, se aumenta su capacidad productiva y el desarrollo de su capital humano, factores que, en el corto, mediano y largo plazo impulsarán el mejoramiento de las ciudades y las regiones llevando derrama económica a todos los involucrados de manera directa o indirecta
Enfoquemos ahora nuestra mirada al sector inmobiliario y la participación de la IED en él. En un análisis macro son dos los momentos cruciales
1999, año en que el sector comienza de manera efectiva a recuperar la atención y el capital de la Inversión Extranjera Directa luego de varios años de incertidumbre y poco a poco la relación entre ambos va mejorando a medida en que el sector inmobiliario mexicano va fortaleciéndose
2015, año interesante para el sector pues no sólo se consolida la transición de la búsqueda digital frente a la búsqueda presencial o a la “antigüita” (esa en la que, o buscabas anuncios en el periódico o ibas en tu coche buscando anuncios), también es el año en que el sector inmobiliario mexicano vuelve a ser un verdadero potencializador económico.
De manera paulatina el monto y la magnitud de las inversiones extranjeras en el sector inmobiliario mexicano ha aumentado: usos mixtos, centros comerciales, parques industriales y logísticos, vivienda residencial y residencial plus son las elecciones favoritas de la IED en un mercado sumamente atractivo pues su potencial de crecimiento es infinito, no olvidemos que México es uno de los países más poblados del mundo, lo cual se traduce de manera inmediata en que es uno de los países con más consumidores a nivel mundial.
México ofrece, además, estabilidad a largo y mediano plazo, su ubicación geográfica es privilegiada, aún cuenta con disponibilidad de tierra, buenas vías de comunicación y transporte, certeza jurídica y algo muy importante: transparencia en la relación con las inversiones y transacciones inmobiliarias por ello, 2017 puede ser un gran año para los bienes raíces mexicanos, pues ante un panorama de incertidumbre estos siempre son vistos como un refugio ante la volatilidad internacional.
La Comisión Nacional de Vivienda (Canadevi) informó que durante los próximos 20 años México experimentará una demanda de vivienda nunca antes vista por lo que todos los que estamos involucrados en el sector: desarrolladoras, IED, gobierno y portales como Lamudi debemos trabajar para estar a la altura del desafío cuyas oportunidades se incrementan si nos unimos y buscamos tirar fronteras físicas y mentales, recordando que el encapsulamiento nunca le hizo bien a ningún país ni región.
Jaume Molet Pérez es egresado de la Universidad Politécnica de Cataluña obteniendo el título de Ingeniero industrial. Por más de 10 años, Jaume ha sido consultor de estrategia y operaciones en grandes firmas de nivel internacional como AT Kearney, desarrollando estrategias de negocio para las firmas en Alemania, Reino Unido, Arabia Saudita y México, en el mercado Latinoamericano. Actualmente Jaume es Director General para Lamudi México.
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