Por Odón de Buen*
El confort térmico al interior de las viviendas es una necesidad permanente que hoy día se resuelve con cantidades crecientes de energía eléctrica. En México, este servicio energético sigue siendo una necesidad insatisfecha, por lo que se perfila un continuo crecimiento para los próximos años.
En nuestro País, el 45% de los usuarios residenciales de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se ubica en localidades consideradas de clima cálido. Esos usuarios consumen, en promedio, el doble de los ubicados en localidades con clima templado (como la CDMX). En algunos casos (como Mexicali, BC) el consumo promedio de los usuarios residenciales es cinco veces superior al promedio de los que viven en clima templado.
De manera agregada, en la actualidad, el 45% de hogares de clima cálido consume el doble que el otro 55%, y una tercera parte de toda la electricidad que se distribuye a los hogares es para operar equipos que proveen de confort térmico, una proporción que ha crecido en los últimos años.
De acuerdo con información del INEGI, en México prácticamente todas las viviendas de clima cálido hacen uso de ventiladores; de esas, una tercera parte cuenta con equipos acondicionadores de aire, pero menos del 5% de las viviendas incorporan aislamiento térmico a su envolvente.
Como resultado, la mayor exigencia (demanda máxima coincidente) al sistema eléctrico nacional ocurre en las tardes del verano por el uso del aire acondicionado, lo que constituye un factor determinante en las necesidades e inversiones de nueva capacidad de generación, transmisión y distribución de electricidad en México.
La eficiencia energética como recurso de atenuación de la demanda
La eficiencia en el uso de la energía en el confort térmico en una vivienda se puede establecer a dos niveles: a nivel de vivienda y a nivel del equipo utilizado para el confort. Esta diferenciación es muy importante, porque una vivienda puede estar equipada con equipos de muy alta eficiencia, pero tener condiciones de diseño de su envolvente que impliquen altas ganancias térmicas y que llevan a un alto consumo de energía.
Para una vivienda en clima extremoso, además de la eficiencia energética de los equipos, el diseño de la envolvente es un factor determinante del nivel de ganancias térmicas que, a su vez, influye en la necesidad de energía, en particular de electricidad utilizada por los equipos que proveen confort térmico.
Las ganancias de calor a través de la envolvente de una edificación se dan por tres vías: por diferencia de temperatura entre el espacio interior y el exterior (conducción); por irradiación, a través de las ventanas; y por infiltración, por ranuras en puertas y ventanas.
Y ¿Qué se ha hecho y se debe hacer al respecto?
En México y desde hace más de 20 años, la Conuee ha desarrollado, actualizado y puesto en vigor cuatro Normas Oficiales Mexicanas (NOM), que definen características, límites, métodos de prueba y etiquetado para equipos acondicionadores de aire; y ha desarrollado y puesto en vigor dos NOM que permiten tener certidumbre en cuanto a las características asociadas a elementos de las envolventes de edificios (vidrios y aislantes térmicos para paredes y techo).
Además, la Conuee ha desarrollado y puesto en vigor la NOM-020-ENER-2011, que aplica a la envolvente de edificios para uso habitacional, que limita las ganancias de calor y que aplica a todos los edificios nuevos para uso habitacional y sus ampliaciones. Esta NOM, a diferencia de las anteriores, ha tenido dificultades de aplicación por varias razones, pero fundamentalmente por el hecho de que no ha sido integrada a los reglamentos de construcción locales, lo cual es facultad de los gobiernos locales.
A manera de conclusión
El confort térmico, como servicio energético, es un gran reto para México, donde se presenta una necesidad insatisfecha, que se cubre a un costo muy alto para la economía de las familias, las finanzas públicas, la red eléctrica y el medioambiente.
La envolvente de la vivienda es un elemento que, a diferencia de otros que se relacionan con el consumo de energía de una edificación, permanece a lo largo de su vida útil, que fácilmente supera los 30 años. Por lo mismo, las autoridades locales, dentro de sus facultades, deben poner más atención a las reglas que se establecen para las viviendas nuevas en prácticamente todo el país, integrando reglas que limiten las ganancias térmicas y, por lo tanto, la necesidad de energía para proveer confort.
*Odón de Buen
Director General de la Conuee