Por Gustavo López Padilla.*
Cada vez es mas frecuente encontrar buenos proyectos de arquitectura contemporánea, ubicados en distintas localidades cercanas a las ciudades mas importantes en la República Mexicana. En estos ejemplos encontramos obras que se muestran respetuosas del sitio donde se ubican, sobre todo en lo que tiene que ver con el respeto de las condiciones generales del entorno, dentro de lo cual la vegetación existente y el clima son importantes y teniendo presente además las condiciones de cultura tradicionales, que forman parte de la historia viva del lugar, tomando en cuenta particularmente las maneras de vivir el espacio que se han experimentado a lo largo del tiempo y que han demostrado ser las mas adecuadas para vivir en el sitio.
Tal es el caso del proyecto que comentaremos en adelante, denominado Casa Pich, terminado recientemente en este 2022, ubicado en la ciudad de Valladolid, misma que se ubica en la región oriente del estado de Yucatán, a 170 km de la ciudad de Mérida. Valladolid fue fundada en 1943 por Francisco de Montejo y dada su calidad urbana y arquitectónica desarrollada a lo largo de su historia, en el año 2012 fue incorporada a la lista de Los Pueblos Mágicos de México. Valladolid cuenta con una población de 56,494 habitantes según el censo del 2020, su clima es cálido subhúmedo con una temperatura promedio de 25.8 grados centígrados, con lluvias regulares en verano.
La Casa Pich se desplanta en un terreno densamente arbolado de origen, condición que orientó de manera determinante la disposición del conjunto de la misma. Programáticamente el proyecto cuenta con una zona pública constituida por área de estar, otra mas utilizada como comedor, espacios comunes de convivencia y carril de nado, con sus servicios correspondientes. Por separado dos áreas de dormir, con sus servicios necesarios, complementan el programa arquitectónico, todo ello rodeado por una densa y exuberante vegetación que califica y determina la calidad habitable del conjunto. La casa cuenta con 475.00 m2 construidos. El proyecto en cuestión fue diseñado por Luís Sánchez Renero, que forma parte del equipo Sánchez Arquitectos y Asociados, constituido además por Félix Sánchez Aguilar, Gustavo López Padilla y Fernando Mota Fernández. En el desarrollo del proyecto intervinieron Citlali Ovando González e Iris Aguilar Talamantes.
Las posiciones de los distintos volúmenes que constituyen el conjunto de la casa, se disponen rigurosamente aprovechando los claros disponibles de espacio, que permiten las ubicaciones de los árboles preexistentes, respetando desde sus raíces, troncos y follajes dominantes, tratando de lograr adicionalmente las mejores vistas del entorno y las adecuadas orientaciones, regulando racionalmente las incidencias del sol en los espacios habitables, buscando aprovechar los flujos de los vientos dominantes, requerimiento climático necesario, para lograr el mejor confort en los distintos componentes programáticos.
Los espacios públicos se diseñaron abiertos, en total contacto con la naturaleza del lugar y los lugares de dormir, se consideraron cerrados, protegidos, con aberturas pequeñas de ventanas, controlando y regulando sus captaciones de luz e incidencias solares. Los espacios públicos se constituyen por plataformas de desplante, protegidas por cubiertas ligeras, apoyadas en puntuales columnas esbeltas. Los espacios de dormir se definen con base en muros de carga, volúmenes en donde la posición de las aberturas de ventanas constituyen juegos geométricos interesantes de fondo y figura. Los espacios públicos están construidos con base en estructuras metálicas ligeras, columnas y trabes con cubiertas de concreto armado y los lugares de descanso están construidos con base en muros de block, terminados en sus aplanados con las técnicas y materiales tradicionales del lugar.
Entre las zonas de estar y comer se dispone de una zona común de convivencia, mas abierta e informal todavía, muy en relación el canal de nado, delimitada apenas por un tratamiento de pisos y en la parte superior por una pérgola metálica, que propicia una semisombra en el lugar, estableciéndose una relación mas directa respecto del entorno natural. La composición total del conjunto resultante termina siendo dinámica, generándose juegos diversos de planos, claroscuros y perspectivas volumétricas.
Si bien la arquitectura resultante está comprometida con la modernidad, su emplazamiento en el sitio, su respeto en relación con la naturaleza preexistente y el criterio de contar con espacios útiles abiertos que implican una manera de vida adecuada a las condiciones climáticas imperantes, se genera con ello una sensación de serena armonía, de tal suerte que se intenta establecer relaciones de pertenencia respecto del sitio. Hablamos de una propuesta de reinterpretación contemporánea, conceptual y material, en relación con la arquitectura de la región.
Al final de cuentas se trata de una arquitectura funcional, racional, resuelta con base en formas geométricas simples, regulares, abstractas, que tiende a acercarse a criterios minimalistas en cuanto a sus resultados formales, implicando también con ello una manera de vida.
