Y ustedes qué opinan; ¿fue destape?
Voy a citar un clásico; “haiga sido, como haiga sido”… El caso es que todo apunta a que el PRI ya encontró candidato –un buen candidato- para la que en nuestro país es sin lugar a dudas la Madre de todas las Batallas en la arena política; la elección Presidencial.
Y aguas, porque si bien con un PRI sin candidato parecía que Morena llevaba una cómoda ventaja, la contienda se cerró dramáticamente justo en el momento en que el tricolor le puso rostro y nombre a su abanderado; José Antonio Meade Kuri Breña.
Y sí… Apenas unos minutos después del tradicional destape priísta, la inmediatez de los medios electrónicos dio una señal muy clara… Si en el principio las preferencias pareciera que se repartían entre partidos, conforme avanzan los procesos que nos llevarán al 1 de julio del 2018, gradualmente irán cambiando para privilegiar a candidatos.
Era una historia cuando el único contendiente que hasta ayer era seguro, Andrés Manuel López Obrador, competía contra un PRI sin rostro, que se convertirá en otra muy diferente justo en el momento en que ese mismo PRI tenga formalmente su candidato.
Porque esta vez no serán PRI, Morena o la Alianza PAN-PRD los que busquen y definan la Presidencia, sino las personas, hombres o mujeres, que ellos postulen.
Esto se hizo muy evidente cuando las ventajas que diferentes encuestas habían dado durante meses a López Obrador, se empezaron a recortar, e incluso en algunos casos se revirtieron, con el puro hecho de que el presidente Enrique Peña Nieto virtualmente destapara a Meade.
Habrá que ver que se formalice la candidatura de quien hoy dejó de ser Secretario de Hacienda y que la Alianza PAN-PRD (si se logra), haga a su vez su propio destape, para que inicien las campañas y con ellas ese torbellino que para nuestro país representa la elección presidencial.
Así de claro… El fin del puente revolucionario marcó el inicio de dos cosas; las fiestas de fin de año y las campañas presidenciales.
Aunque nunca falta un Grinch, podemos asumir que los festejos de fin de año a todos caen bien; tiempo de descanso, de estar con la familia y de hacer planes…
Pero ya cuando hablamos de la elección Presidencial, no hay duda de que a pocos puede gustar, y somos más los que le tenemos miedo, a esa guerrita de lodo en que hemos dejado que se conviertan nuestros procesos electorales.
Otra cosa sería si supiéramos que ese proceso sería ocasión perfecta para conocer plataformas y propuestas debidamente sustentadas, y defendidas con argumentos sólidos, abiertos a escuchar toda opinión que llegado el momento ayude a modelar mejores programas de gobierno.
Otra cosa sería si nosotros… Los ciudadanos… Los que votamos y a fin de cuentas vivimos la consecuencia del tachecito que hacemos en la boleta, tomáramos con seriedad el proceso y esto lo tradujéramos en un profundo análisis para decidir a quién otorgar uno de nuestros mayores activos que tenemos como ciudadanos; nuestro voto.
Toca a la ciudadanía asumir la responsabilidad de convertirse en elector exigente… Que privilegie las propuestas… Que exija planes de trabajo profundamente sustentados, y respaldados con estrategias e instrumentos que hagan viable cumplirlos.
Vienen las elecciones… Ya están los partidos que quieren ganarlas… E irremediablemente llegarán los candidatos… Toca a la ciudadanía exigir que también lleguen las propuestas…