Con afecto para Carlos Muñoz… Que está tan loco que inspira a enloquecer con él…
PANAMÁ. Lo más probable es que ustedes estén leyendo esto desde un teléfono inteligente… Justo como esos que hace apenas 20 años hubieran parecido producto de la ciencia ficción o de aquella secretísima área de ingeniería que le hace los juguetes a Bond… James Bond.
Y lo más seguro es que lo hayan recibido desde una de esas aplicaciones que hoy tanto nos gustan, pero que hace apenas una década sencillamente no existían.
Sí… La tecnología no solo lo está cambiando todo, sino que además lo está haciendo a una velocidad vertiginosa…
Tan vertiginosa, que nos cuesta trabajo entender ya en dónde va, mientras nosotros seguimos luchando por entender lo poco que hoy usamos de ella.
Y cuando hablamos de que la tecnología lo está cambiando todo, queremos decir todo, empezando por la esencia misma de la sociedad, y, consecuentemente, por temas naturalmente relacionados con ella, como son las ciudades y los inmuebles que la forman.
El hecho es que considerando los tiempos de maduración de un proyecto urbano o inmobiliario, si hoy no hacemos las cosas no bien, sino muy bien, es muy probable que sociedades y ciudades empecemos a parir proyectos que nacerán obsoletos… y en muchos casos muertos.
La semana pasada tuve oportunidad de viajar a Panamá para participar en el Encuentro Latinoamericano de Desarrollo Inmobiliario, evento organizado por la firma mexicana Grupo 4S y la argentina Grupo S*G, y que me llamó poderosamente la atención a partir de un programa que privilegiaba las ideas a partir de dos premisas; el futuro ya está aquí, y la única forma sensata de asumir esa realidad es siendo disruptivo.
El término disruptivo se refiere al fin súbito de algo… Pero debiera además interpretarse como la oportunidad de cambiar radicalmente lo que se está haciendo, para apostar por nuevos modelos que busquen dar mejores respuestas a los nuevos paradigmas de una igualmente nueva realidad.
Y en pocas cosas resulta tan relevante esa disruptividad como cuando se habla de ciudad o desarrollo inmobiliario, rubros que para cumplir con los retos que el futuro depara, exigen que quienes en ellos participan realicen un profundo ejercicio de reflexión, que les permita entender cómo serán las sociedades futuras y cómo deberán ser en consecuencia ciudades e inmuebles.
Inmuebles “construidos” por impresoras 3D… La contundente llegada del Coliving… Edificios que se transforman internamente para dar cabida a nuevos usos… La masificación de la vivienda en renta para una sociedad más móvil que nunca…
¿Qué se les ocurre que pueda ser el futuro y qué tipo de ciudades y edificios implica ello?
Dejó de ser opción pensar en ciudades e inmuebles como solución puntual y definitiva… Hoy, lo sensato sería entender el futuro y empezar a pensar en soluciones que respondan a esa nueva realidad.
