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Lo Mejor Del Año: Se necesita actualizar el reglamento de construcción

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La última modificación que se realizó fue hace más de 30 años después de los sismos de 1985

Nota publicada en Mayo 26, 2016

Rafael Barona consideró que el Reglamento de Construcción del Distrito Federal debe ser actualizado, ya que desde hace 30 años no ha sido modificado y esto provoca afectaciones en el medio ambiente y en la calidad de vida de las personas.

Barona, que se desempeña como presidente de la empresa Danstek, dedicada a la prefabricación de elementos estructurales, explicó que fue a raíz de los sismos de 1985 en la Ciudad de México que se especificó que las estructuras de los edificios tendrían que ser más resistentes para evitar derrumbes y fue la última actualización que se hizo.

“Sin embargo, el reglamento dejó fuera otros factores de igual importancia, como consecuencia del volumen de construcciones, el crecimiento de la polución ambiental y auditiva, así como el impedimento del libre tránsito de peatones y vehículos en zonas de construcción, junto con otros tipos de afectaciones a los vecinos y visitantes”.

Tampoco se consideró la habitabilidad, pues en las construcciones de la década de los 80 no se consideraron elementos para aislar el ruido exterior e interior de las habitaciones, vibraciones notorias, sobrecarga de las redes de suministro eléctrico y de agua, entro otros factores.

“El reglamento de construcción del Distrito Federal es obsoleto, nunca contempló el incremento en costos de construcción, nuevas tecnologías ni la habitabilidad de las nuevas estructuras. Actualmente la construcción sólo se ve como un valor agregado todo lo que esté relacionado con el cuidado y consciencia del medio ambiente; sin embargo, en una ciudad que está en contingencia ambiental constante debería ser una prioridad qué sé construye, cómo y con qué”.

En esto concedió Ricardo Pérez, ex presidente de la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural y Sísmica, explicó que la tendencia de la normatividad internacional es, además de la construcción de edificaciones seguras, entregar a la sociedad espacios para la vida diaria con mayor confort.

“La ingeniería no cura enfermedades, pero si las previene mediante el saneamiento del agua, el aire, el espacio y su intimidad. Aunque en los proyectos se cumple con los requisitos de resistencia sísmica, en muchas ocasiones se descuida el comportamiento ante deflexiones, que ocasionan exceso de vibraciones y ruido, ya que cumplir con las normas en cuanto a deformaciones y vibraciones se refiere supone un incremento del 20% al 35% del presupuesto de una obra utilizando los sistemas estructurales de concreto o acero tradicionales”.

Finalmente, Pérez dijo que para continuar con un sano desarrollo urbano se necesita una actualización del Reglamento de Construcción, que sea adecuado a las problemáticas actuales y permita a la ciudad posicionarse mejor en temas de urbanización y sustentabilidad.

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Priscila Díaz


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