La falta de inventario en el mercado inmobiliario sostuvo la plusvalía en 2025 y perfila un año de consolidación para el sector
El mercado inmobiliario mexicano concluyó 2025 con un crecimiento limitado en el número de operaciones, pero con aumentos significativos en los precios de la vivienda, en un contexto marcado por la escasez de oferta y una demanda que se mantuvo activa en los principales corredores urbanos e industriales del país.
De acuerdo con un análisis de Realty One Baja & Pacific, durante el año, el valor de las transacciones residenciales rondó los 28,000 millones de dólares (mdd). De dicho total, la vivienda usada concentró alrededor de 63% de las operaciones, en un entorno influido por tasas de interés aún elevadas, un menor dinamismo económico y una oferta limitada de vivienda nueva.
Alfredo Hernández Sotelo, director de la firma, destacó que la escasez de inventario impulsó en gran medida la plusvalía del mercado.
“El mercado se sostuvo más por la escasez de inventario que por un aumento en el volumen de ventas; eso explica por qué vimos plusvalías cercanas al 6% a nivel nacional, aun cuando el número de viviendas comercializadas creció apenas alrededor de 3%”, señaló
Un mercado más contenido en 2026
Realty One Baja & Pacific prevé que en 2026 el mercado inmobiliario entrará en una etapa de consolidación. Se estima que el valor de las ventas inmobiliarias se ubique entre 28,500 y 30,000 mdd, con un crecimiento de entre 4 y 6%, impulsado principalmente por el aumento en los precios, ya que el número de operaciones tendría un avance menor a 2 por ciento.
“Vamos hacia un mercado más racional y profesional, con compradores mejor informados y proyectos que deberán diferenciarse claramente por ubicación, diseño y valor real (…) Las oportunidades ya no estarán en la especulación, sino en el largo plazo”, afirmó Hernández Sotelo.
Entre los factores que marcarán el comportamiento del sector en 2026 destacan una vivienda más compacta y eficiente en zonas bien conectadas; el nearshoring como detonador estructural de demanda en ciudades industriales; el crecimiento del mercado de renta y de los desarrollos multifamiliares; los proyectos de usos mixtos apoyados por inversión pública en movilidad, así como una mayor profesionalización del sector y la sostenibilidad como nuevo criterio de valor.
En este contexto, Monterrey y Guadalajara se mantienen por encima del promedio nacional, debido a la valorización de su inventario, resiliencia ante las variaciones económicas y su atractivo para la inversión local y extranjera.
La compañía señaló que Nuevo León concentra alrededor de 12% de la producción nacional de vivienda. Monterrey cerrará 2025 con cerca de 43,000 transacciones y una plusvalía promedio de 9.9 por ciento. Para 2026 se prevé un crecimiento de precios cercano a 9%, con zonas que podrían registrar incrementos de hasta 12%, principalmente en vivienda media y media-alta vinculada al nearshoring.
“A diferencia de 2025, el crecimiento de 2026 será más estructural. La infraestructura será el principal factor de decisión para compradores e inversionistas”, explicó Hernández Sotelo.
Además, la expansión del Metro, la modernización del transporte público y las obras viales asociadas al Mundial de Futbol 2026 amplían el potencial habitacional y presionan al alza las rentas en zonas cercanas al Estadio BBVA y en municipios como Guadalupe y San Pedro Garza García.
Mientras que, Guadalajara registró un comportamiento estable en 2025, con una plusvalía promedio de 8.5% y cerca de 38,000 viviendas comercializadas. Para 2026 se espera un ligero incremento en las operaciones, hasta rondar las 40,000, así como un volumen de ventas cercano a 120,000 millones de pesos.
Asimismo, la entidad cuenta con diversas obras en marcha, como expansión de las líneas 3 y 4 del Tren Ligero, los proyectos de conexión al aeropuerto y la regeneración de zonas consolidadas están impulsando desarrollos verticales, usos mixtos y una mayor absorción de inventario en áreas bien ubicadas. A ello se suma su consolidación como polo tecnológico y corporativo, así como el impulso temporal que traerá el Mundial en segmentos como hospitalidad y vivienda de renta de corto plazo.









