“Considerando la situación de vulnerabilidad de los migrantes, es importante tenerlos en cuenta en las respuestas de protección social de los gobiernos”; señala ONU-Hábitat
De acuerdo con ONU-Hábitat, el programa de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos, la pandemia de Covid-19 ha afectado directa o indirectamente a millones de personas en calidad de migrantes o refugiados en América Latina; quienes han perdido sus medios de vida y ya no pueden costear sus necesidades básicas, como vivienda, alimentos y atención médica.
Por esta razón, miles de migrantes y refugiados vulnerables se encuentran en las calles; donde corren el riesgo de ser detenidas por su incapacidad de obedecer las medidas de distanciamiento físico; y otros se encuentran detenidos en las fronteras y necesitan una mayor ayuda humanitaria inmediata.
Frente a esta situación, un gran número de estas personas están regresando a sus países de origen; a pesar del riesgo de contagio transfronterizo de Covid-19 que implican tales movimientos de retorno.
ONU-Hábitat afirma que la situación de protección en las zonas fronterizas es particularmente desafiante. Y, aunque algunos gobiernos han implementado medidas extraordinarias para limitar la transmisión del virus; es importante garantizar que éstas sigan los principios fundamentales de los derechos humanos; las normas para la protección de las niñas y los niños; y las normas para la protección de las personas refugiadas.
“Se recomienda encarecidamente la suspensión temporal de las deportaciones y la liberación de las personas refugiadas y migrantes detenidas; especialmente las niñas y niños no acompañados; a fin de prevenir la transmisión del virus y proteger la salud de las personas refugiadas, de la población migrante y de sus comunidades”, señala ONU-Hábitat.
Por otro lado, el organismo destaca que las personas migrantes y refugiadas han mostrado resiliencia y han aportado su contribución a las comunidades de acogida; al trabajar como médicos, enfermeras o cuidadores; lo que los convierte en una parte vital en las respuestas de salud pública de muchos países.
“Considerando el papel vital y la situación de vulnerabilidad de millones de personas refugiadas y migrantes, es importante tenerlas en cuenta en las respuestas de protección social de los gobiernos; incluidas las medidas específicas y universales que pueden mitigar el impacto socioeconómico de la pandemia”, menciona el organismo.