Para González de León, la arquitectura debía ser duradera, funcional y, al mismo tiempo, una expresión cultural
Este 16 de septiembre se cumplen nueve años del fallecimiento de Teodoro González de León, uno de los arquitectos más influyentes de México en el siglo XX y principios del XXI.
Su legado, marcado por la monumentalidad del concreto y una visión contemporánea de lo urbano, sigue presente en algunos de los edificios más emblemáticos de la capital.
Una vida entre México y Europa
Nacido en 1926 en la Ciudad de México, González de León se formó en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En 1947 viajó a París gracias a una beca del gobierno francés y trabajó en el taller de Le Corbusier, donde participó en proyectos como la Unité d’Habitation de Marsella. Esa experiencia marcaría para siempre su manera de concebir el espacio y la construcción.
A su regreso a México colaboró con arquitectos como Mario Pani y Carlos Obregón Santacilia. Más adelante, junto con Abraham Zabludovsky, desarrolló proyectos de gran escala que consolidaron su estilo monumental y sobrio.
El lenguaje del concreto
El sello inconfundible de González de León fue el uso del concreto cincelado: superficies robustas, líneas austeras y volúmenes contundentes que evocan esculturas habitables. Para él, la arquitectura debía ser duradera, funcional y, al mismo tiempo, una expresión cultural.
“Busqué siempre la monumentalidad, no como un exceso, sino como una cualidad que da permanencia y carácter a la obra”, señaló en múltiples ocasiones.
Reconocimientos y legado
González de León fue miembro de El Colegio Nacional, recibió el Premio Nacional de Artes en 1982 y la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos en 1999, entre muchas otras distinciones.
“Llevo más de 80 años aprendiendo la manera de vivir, la forma de ser. No he aprendido disciplinas: las he convertido en formas de vida. La lectura es una forma de mi vida; el dibujo, la pintura, la escultura; visitar las ciudades es una forma de vida; escuchar música y la arquitectura son una forma de vida; no tener ninguna religión es mi forma de vida”; expresó el arquitecto en el marco del homenaje realizado por el 90 aniversario de su nacimiento en 2016.
Ese mismo año, en la madrugada del 16 de septiembre, el arquitecto falleció en su casa en la capital mexicana, solo cuatro meses después de dicho homenaje.
Obras icónicas de Teodoro González de León
Su trayectoria dejó huella en distintos ámbitos, desde la cultura hasta la educación y el comercio. Entre sus obras más destacadas se encuentran:
- Museo Tamayo Arte Contemporáneo (1981), diseñado junto a Abraham Zabludovsky, reconocido por su integración con el Bosque de Chapultepec.
- El Colegio de México (1976), un ejemplo de cómo la luz y los espacios abiertos pueden generar identidad académica.
- Auditorio Nacional (remodelación en 1992), cuya intervención lo convirtió en uno de los recintos más importantes de espectáculos en América Latina.
- Edificio del Fondo de Cultura Económica (1990-1992), símbolo de la arquitectura institucional del país.
- Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) (2008), parte del Centro Cultural Universitario de la UNAM, con una propuesta contemporánea de diálogo entre arte y arquitectura.
- Conjunto Reforma 222 (2007), que mostró su capacidad para adaptarse a proyectos comerciales y urbanos en pleno Paseo de la Reforma.









