La Bauhaus, primera escuela de diseño del siglo XX, hoy en día es reconocida internacionalmente por sus aportes a la arquitectura, el arte y el diseño
El 1 de abril de 1919, el arquitecto, diseñador y urbanista Walter Gropius creó la ‘Staatliche Bauhaus‘, una escuela de artesanía, artes, diseño y arquitectura, que hoy en día es reconocida a nivel mundial por sus grandes aportaciones.
Hoy, a 100 años de su creación en Weimar, Alemania, la Bauhaus se ha convertido en un referente internacional de la arquitectura, el arte y el diseño, que agrupó a grandes figuras alemanas de entreguerras. Su reconocimiento se dio no sólo porque construyó nuevos paradigmas, sino por el contexto en el que nació y los aportes políticos que realizó.
El nombre ‘Bauhaus’ está compuesto por dos palabras: ‘Bau’ que significa construcción, y ‘Haus’ que significa casa. De esta manera, el objetivo de esta escuela era buscar la manera de construir espacios desde la arquitectura, la decoración y el interior. Además, uno de sus principios que impuso fue que ‘la forma sigue a la función’, lo cual hizo que los espacios fueran diseñados con formas geométricas según la función para la que fueron concebidos.
El programa de esta escuela buscaba unificar las artes bajo una nueva arquitectura, regresar el aspecto artesanal a las actividades artísticas, disciplinar la enseñanza de la arquitectura, además de construir la catedral del futuro, y la obra de arte total.
Sin embargo, debido a la etapa en la que estuvo en funciones, la escuela fue cerrada en 1933, ya que su ideología era vista por los nazis como socialista, internacionalista y judía.
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Hechos destacados
Uno de los sucesos que marcó la historia de la Bauhaus fue que cuando se fundó se prometió que sería un lugar donde no habría distinción por género, lo cual era muy raro en aquél entonces. Este hecho se puede confirmar ya que la primera vez se inscribieron 61 hombres y 51 mujeres.
Dicha situación no fue vista como buena por su fundador y algunos maestros, lo cual hizo que varias mujeres no pudieran acceder a los talleres que querían y fueran enviadas a los que se consideraban ‘aptos’ para ellas como tejeduría, encuadernación o cerámica.
A pesar de ello y de los prejuicios, algunas sí lograron inscribirse en talleres que atribuían al género masculino. Ejemplo de ello fue Alma Busher que estudio en el taller de madera; Marianne Brandt estuvo en el taller de metal. En tanto, Lucia Moholy estudió fotografía y entre 1923 y 1928 capturó alrededor de 500 imágenes tanto de los edificios de la escuela como de los talleres; pese a ello, su trabajo nunca fue reconocido.
Otro de los hechos que marcaron la historia de esta escuela fue que introdujo por primera vez el diseño industrial y gráfico para que fueran consideradas profesiones., ya que antes éstas no existían.