Se considera a González Orozco como uno de los últimos muralistas mexicanos cuya obra se distingue por su estilo pictórico un tanto experimental y distante al de sus maestros Carreón y Rivera
En el marco de su primer aniversario luctuoso, la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Artes Visuales y del Cenidap, informó que durante 2022 rendirá homenaje a la vida y la obra del artista plástico Antonio González Orozco.
Gonzales Orozco fue un dibujante, grabador, escultor y pintor, considerado uno de los últimos muralistas mexicanos; su trayectoria se desarrolló a lo largo de más de seis décadas en las que se distinguió por su estilo pictórico un tanto experimental y distante al de sus maestros Carreón y Rivera.
De acuerdo con el INBAL, el primer contacto del chihuahuense con las artes visuales fue a los 20 años, cuando su padre lo presentó con el maestro Leandro Carreón, quien en aquella época realizaba dos murales en una de las estaciones de ferrocarril de la capital de Chihuahua, y de quien se convertiría en su aprendiz.
Tiempo después, el artista se mudó a la Ciudad de México para ingresar a la Academia de San Carlos, donde fue discípulo de Diego Rivera, quien lo llevo a consolidar su interés por el muralismo.
Parte de su obra se exhibió por primera vez en 1960, en su estado natal, y hasta la fecha se ha presentado en varios países; entre ellos Estados Unidos, Canadá, Polonia, Rumania y Nueva Zelanda.
Trabajos reconocidos
Sus murales más conocidos, se encuentran en el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, en la Ciudad de México. El primero de estos es Entrada triunfal de Benito Juárez al Palacio Nacional (1967), mural con el cual se conmemoró el centenario de la llegada del Benemérito de las Américas en compañía de su gabinete a la capital del país.
Otro de los murales que marcaron un hito en la carrera de Gonzales Orozco es Juárez, símbolo de la República contra la intervención francesa (1972), recordado por aparecer durante 17 años en la portada del libro de Historia para quinto grado de primaria.
También, destaca dentro de sus trabajos el mural Madero: la Revolución de 1910 (1976), que se encuentra en la casa que habitó Francisco I. Madero en San Pedro de las Colonias, Coahuila.
Asimismo, el Hospital de Jesús, en la capital de la República, cuenta con otra importante obra del enigmático artista: Historia de la medicina en México (1993).
Reconocimientos
Por su trayectoria, fue homenajeado por el INBAL en el Alcázar del Castillo de Chapultepec en 2013; en 2015 se organizó y exhibió la retrospectiva El chihuahuense Antonio González Orozco. Uno de los grandes muralistas mexicanos, en Casa Chihuahua,
En esta exposición que tuvo lugar en su ciudad natal se asoció su obra mural con piezas de caballete, esculturas en bronce de pequeño formato, bocetos de un mural y diversos objetos, como algunas de las herramientas que empleó para elaborar sus obras.