Durante una conferencia magistral, la mexicana explicó el componente incluyente y social de sus diseños arquitectónicos de bajo costo con calidad internacional
En días pasados, la reconocida arquitecta mexicana Tatiana Bilbao recibió un Premio Mundial de Arquitectura Sostenible en la sede de Burlington House y la Geological Society, la Real Academia de las Artes de Londres.
Uno de los principales eventos de su temporada de primavera 2015, fue la conferencia magistral que ofreció Bilbao sobre la arquitectura mexicana y el futuro de la vivienda en México, en donde explicó el componente incluyente y social de sus diseños arquitectónicos de bajo costo, pero con calidad internacional, adaptados a los retos ambientales y sociales.
En ese sentido, la joven arquitecta detalló cómo ha logrado la edificación de casas modulares de 62 m2, con costos de entre 80 mil y 120 mil pesos, que además pueden ampliarse al doble de su tamaño.
En el evento, la arquitecta galardonada indicó también su desacuerdo en que las empresas constructoras de vivienda promuevan proyectos gigantescos que no son sostenibles, obteniendo utilidades de hasta el 35% por cada unidad, lo que ha contribuido a la proliferación de modelos inadecuados.
Tatiana Bilbao, explicó que los arquitectos deben aportar lo mejor de su creatividad y talento para mejorar la vivienda social en México, ofreciendo soluciones económicas para lograr espacios dignos de ser habitados.
La arquitecta mexicana busca desde los primeros trazos de lo que se convertirá en un inmueble habitable, una construcción inmersa en el entorno natural y social, sin alterar la localidad, lo que le ha valido reconocimientos como el Premio Global de Arquitectura Sostenible (2014) o el Premio Kunstpreis Berlin a la carrera, otorgado por la Akademie der Künste (2012).
En el año 2004 crea su propio despacho llamado Tatiana Bilbao S.C., el cual inicia proyectos de trascendencia internacional, y lleva sus bocetos hechos a mano a Europa y Asia.
Es autora de diversos proyectos como la Casa Universo del artista Gabriel Orozco, de la Sala de Exposiciones en Xinhua, China, y del Jardín Botánico de Culiacán, México.
