A los 30 años, O’Gorman decidió retirarse de la arquitectura y dedicarse de tiempo completo a la pintura; disciplina en la que ejerció una crítica a la sociedad de su tiempo
Un día como hoy, 6 de julio, pero de 1905, nació, en la Ciudad de México, el arquitecto, muralista y pintor de caballete Juan O’Gorman; considerado como el precursor del funcionalismo y el padre de la arquitectura moderna en México.
En 1921 comenzó su formación como arquitecto; compuesta por la enseñanza teórica en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y la práctica profesional en las oficinas de los arquitectos Carlos Tarditi, José Villagrán García y Carlos Obregón. Además, fue alumno de Guillermo Zárraga y del ingeniero José Antonio Cuevas. De todos ellos aprendió ideas, teorías, y aplicaciones arquitectónicas prácticas.
Asimismo, en 1923, conoció a Diego Rivera, cuando éste realizaba el mural del Antiguo Colegio de San Ildefonso, que entonces era la Escuela Nacional Preparatoria; ahí también conoció a Frida Kahlo, con quien entabló una entrañable amistad.
De Rivera, O’Gorman aprendió una infinidad de principios del ejercicio mural, la geometría dinámica y la composición pictórica a gran escala.
Juan O’Gorman debutó como arquitecto en 1929, cuando comenzó la construcción del primer inmueble funcionalista de México: la Casa Cecil O’Gorman, en el barrio de San Ángel, CDMX.
De igual manera, construyó diversas escuelas y casas-habitación bajo la influencia del funcionalismo; que exigía una definición, previa al proyecto, de las funciones a las que se destinaba el edificio para adaptar sus formas a las necesidades previstas. Entre estos proyectos se encuentra la casa-estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo; la cual, junto con la Casa Cecil O’Gorman, son consideradas el principio de la arquitectura moderna en México; influidas por las corrientes de vanguardia europeas, particularmente de la escuela de la Bauhaus y del arquitecto Le Corbusier.
O’Gorman concebía la arquitectura como una adaptación a las exigencias sociales, económicas y técnicas del siglo XX; sus obras se caracterizaron por el empleo del cemento armado, los exteriores asimétricos y una constante búsqueda de aire y luz.
Tras una intensa actividad arquitectónica, en la que construyó 26 escuelas primarias a nivel nacional, el entonces nuevo edificio del Banco de México y parte de la urbanización del Pedregal, a la edad de 30 años decidió retirarse de la arquitectura y dedicarse de tiempo completo a la pintura y el muralismo; disciplina en la que abordó temas históricos y ejerció una crítica a la sociedad de su tiempo.
Entre los murales que realizó destacan el de la Biblioteca Central de la UNAM, el de la Biblioteca Gertrudis Bocanegra, en Pátzcuaro, Michoacán, el del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el del Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, el cual quedó inconcluso.
Juan O’Gorman fue miembro de la Academia de Artes y ganador del Premio Nacional de Artes en 1972, por su aportación a los campos artísticos pictórico y arquitectónico. Se mantuvo activo en el campo de la pintura hasta el día de su muerte, ocurrida el 18 de enero de 1982 en su casa de San Ángel.