Juan O’Gorman fue un muralista, pintor y arquitecto; buscó fomentar y preservar la historia y cultura de México
Juan O’Gorman es considerado el padre de la arquitectura moderna en México, y es de los creadores más representativos del arte en del siglo XX. El arquitecto, muralista y pintor de caballete nació el 6 de julio de 1905.
Mexicano de ascendencia británico e irlandés, O’Gorman tuvo sus primeros años de formación como arquitecto entre 1921 y 1925 en la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México. Como primeras prácticas profesionales, trabajó con los arquitectos: Carlos Tarditi, José Villagrán García y Carlos Obregón.
Fue uno de los alumnos más sobresalientes de Guillermo Zárraga y del ingeniero José Antonio Cuevas; con ellos aprendió ideas, teorías y aplicaciones arquitectónicas que pudo llevar a la práctica tiempo después y que con su estilo singular lo convertirían en el primer arquitecto funcionalista de México.
Corriente Funcionalista
La arquitectura funcionalista es todo aquel diseño que se adapte a sus usuarios; debe ser útil, cómodas y que llene las necesidades. Como su nombre lo indica, esta corriente tiene como objetivo principal ser funcional, sin dejar de lado la belleza.
Para lograr esto, deben conjugarse varios elementos, por ello los materiales a usar en el diseño son muy importantes. Este tipo de arquitectura fue la primera en usar hormigón, el hierro y el cristal, ya que se necesita crear formas y volúmenes diferentes para poder con materiales resistentes que permitan jugar con las estructuras.
Estas obras tienden ser minimalistas, diseño exterior, de interiores e iluminación; para así explotar al máximo el espacio y sus funciones.
Trabajo como arquitecto
Juan O’Gorman construyó sus primeras casas-habitación bajo el concepto funcional 1928-1931. Continuaría con esta corriente en los siguientes 1932-1934; donde trabajó en escuelas primarias de la Secretaría de Educación Pública, con lo que apoyó al cambio de concepción social de la arquitectura.
El arquitecto, a través de sus obras dejó claro que comprendía las necesidades del momento y las de los usuarios que usarían sus construcciones, por ello brindó tecnología más adecuada y máxima economía.
En 1929, antes de cumplir 25 años, fue su debut formal como arquitecto, con su primera casa funcionalista construida en Palmas 81.Una pequeña casa-estudio para un pintor con la quería demostrar la arquitectura moderna, a través de transparencias, con comunicación entre el exterior e interior.
Después de recibirse como arquitecto, puso un despacho en el que trabajó algunos años, sin embargo, al darse cuenta del rumbo que estaba tomando y de la comercialización de la arquitectura, cerró su oficina y decidió dedicarse al arte plástico.
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Diego Rivera
Juan O´Gorman conoció a Diego Rivera en 1923 cuando pintaba el mural a la encáustica del Anfiteatro Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria, sin saber que años después serían amigos. El arquitecto platicó que cuando tenía algunas construcciones hechas le pidió a Rivera que fuera a ver una casa y que le diera su opinión.
Éste le dijo que “la casa se había construido para ser útil y funcional. Diego Rivera en ese momento, inventó la teoría de que la arquitectura realizada por el procedimiento estricto del funcionalismo más científico, es también obra de arte; además inmediatamente me encomendó que le construyera una casa y un estudio. La casa-estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo es la obra con la que El también muralista se dio a conocer en todo México, sin embargo no es su primera construcción.
Diego Rivera fue un maestro para el joven arquitecto, pues no sólo aprendió de él principios del ejercicio mural, la geometría dinámica y la composición pictórica a gran escala. También lo acercó al trotskismo y al comunismo mexicano, con lo que O’Gorman continuó formándose.
Murales
A sus 30 años, con su retiro de la arquitectura, comenzó sus trabajos como muralista, disciplina que realizó la mayor parte de su vida y por lo que fue mayormente reconocido. Su inquietud por este arte comenzó a la par de sus obras como arquitecto. Entre 1924 y 1925 decoró los muros de tres pulquerías: Los Fifis, Entre Violetas y Mi oficina; con lo que buscó retomar el arte popular mexicano.
Dentro del muralismo se inclinó por dos técnicas: el temple o pintura a emulsión, con ello lograba colores luminosos y duraderos; y el fresco. Cada una de sus obras representaba inquietudes sociales y nacionalistas. Con ellos pretendía tener comunicación con el pueblo de México; por lo que plasmaba historia del hombre en general o de la mexicana en particular.
Sus obras destacadas son el mural de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, hecho de piedras de colores traídas de muchas partes del país, pues O’Gorman seleccionaba personalmente los colores; usó esta técnica porque el mural estaría en la intemperie y al cubrir las paredes de piedras sería resistente a la lluvia, el aire, la contaminación.
Siguiendo sus principios, en la biblioteca plasmó identidad e historia pues cada muro trata sobre un pasaje de la historia nacional. Muro Norte El pasado prehispánico, Muro Sur El pasado colonial, Muro Oriente: El mundo contemporáneo, Muro Poniente: La Universidad y el México actual.
También intervino en el Museo de Historia del Castillo de Chapultepec, con el mural Francisco I. Madero, sufragio efectivo no reelección y el denominado Feudalismo porfirista; en los que expresa la visión histórica del artista en contexto de estos pasajes.
De 1970 a 1982 se dedicó exclusivamente a la pintura de caballete caballete. Juan O´Gorman se quitó la vida el 18 de enero de 1982, a los 76 años de edad. Sus restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres.
