El 9 de marzo de 1902 nació Luis Barragán, uno de los arquitectos más importantes del siglo XX y el único mexicano, hasta la fecha, en ganar el Pritzker
El arquitecto mexicano Luis Ramiro Barragán Morfín logró convertirse en un referente de la arquitectura moderna, tanto en México como en el mundo. Y es que su trayectoria resalta no solo por los grandes aportes que hizo, sus grandes obras y el legado que dejó, sino porque es el único profesional de nacionalidad mexicana, hasta la fecha, que obtuvo el Premio Pritzker, máximo galardón que se otorga en la materia, considerado el Nobel de la Arquitectura.
Luis Barrágan nació el 9 de marzo de 1902 en Guadalajara, Jalisco, y murió el 22 de noviembre de 1988. Hoy, a 118 años de su nacimiento, este profesional es recordado como un ícono de arquitectura del siglo XX y uno de los personajes más influyentes de la modernidad mexicana.
Sus proyectos y su obra frecuentemente son admirados por profesionales, estudiantes, catedráticos y personas de todo el mundo, por lo que, sin duda, también es referente y un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de arquitectos.
Su trayectoria profesional
Luis Barragán estudió en Guadalajara y se graduó como ingeniero civil y arquitecto en 1925. Al término de su carrera, estuvo Europa durante dos años, en un viaje de estudios y de placer, sin haber ingresado en alguna academia o institución.
Ahí, el arquitecto se impresionó de la belleza de los jardines de las ciudades que visitó, como el Generalife de Granada y las villas italianas, por lo que desde ese entonces nació su interés por la arquitectura del paisaje.
Una vez que regresó a Guadalajara, construyó algunas residencias. Tras realizar otros viajes a Europa, finalmente se estableció en la Ciudad de México en 1936, aunque fue hasta 1940 cuando ejerció su profesión construyendo algunos edificios de departamentos y pequeñas residencias.
Durante ese mismo año adquirió un amplio terreno en la entonces llamada Calzada de los Madereros, donde realizó algunos jardines. Ahí trabajó libremente, al no tener ningún compromiso con terceros. Tiempo más tarde, vendió la mayor parte de los jardines, pero se reservó uno pequeño, que hasta hoy forma parte de su casa.
En terrenos con gran abundancia de lava volcánica descubrió las posibilidades de realizar bellos jardines en las rocas, lo que despertó en él la ambición de desarrollar ahí una urbanización residencial. Para ello, en 1945 invitó a José Alberto Bustamante, conocido hombre de negocios, quién aceptó adquirir en copropiedad una gran extensión del Pedregal de San Ángel.
El arquitecto desarrolló el proyecto total de planificación y urbanismo para la firma Jardines del Pedregal de San Ángel, S.A., que fue el nombre que se dio a esta sociedad. En el mismo fraccionamiento diseñó varios jardines y obras ornamentales, y estableció normas de construcción, a fin de crear un ambiente armónico en términos arquitectónicos y evitar destruir la belleza del paisaje. En 1952, el arquitecto se separó de dicha empresa.
Entre 1952 y 1955 construyó algunas residencias, atendió sus negocios personales y comenzó también la reconstrucción del convento de las Capuchinas en Tlalpan, donde edificó una capilla nueva. Además, en 1955 desarrolló la planificaron completa, con jardinería y obras de ornato, del fraccionamiento residencial Jardines del Bosque, en Guadalajara. También proyectó y supervisó los jardines del hotel Pierre Marques, en Acapulco.
Reconocimientos
Tras años de trabajo, en 1976 el Museo de Arte Moderno de Nueva York presentó la primera exposición sobre su obra y publicó el libro-catálogo de Emilio Ambasz, lo cual lanzó a Barragán a la fama internacional. Ese año recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Barragán proyectó el Faro del Comercio para la ciudad de Monterrey en el año de 1979, así como la Casa Bárbara Meyer. Además, de toda su carrera profesional destaca que en 1980 haya recibido el premio Pritzker de arquitectura.
Con la enfermedad de Parkinson ya avanzada que le impedía seguir trabajando, Luis Barragán regresó por última vez a Guadalajara, en 1985, donde recibió el Premio Jalisco. Se realiza una gran exposición retrospectiva en el Museo Tamayo de la ciudad de México y en 1987 recibe el Premio Nacional de Arquitectura.
Un año más tarde, Luis Barragán murió en su casa de Tacubaya, en la ciudad de México y sus restos fueron trasladados a Guadalajara, en donde hasta ahora reposan en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres.
La casa estudio de Luis Barragán
La famosa casa del arquitecto mexicano, bien conocida como La casa estudio de Luis Barragán, está ubicada en los números 12 y 14 de la calle de General Francisco Ramírez, colonia Daniel Garza, en la Ciudad de México.
En ese entonces, este barrio estaba constituido por modestas casas de pequeña escala y por la tipología tradicional de la vivienda popular colectiva en la ciudad de México: la vecindad. A este contexto se suma la cercanía de los talleres de oficios, tiendas de abarrotes, distribuidoras de materiales de construcción y fondas.
La fecha de construcción de la casa, en 1947, coincide con la primera etapa de desarrollo de los Jardines del Pedregal, el fraccionamiento para la élite mexicana más exitoso de la historia inmobiliaria de la Ciudad de México.
De la casa destaca la fachada principal, misma que se alinea con la calle obedeciendo al gesto de las demás construcciones, presentándose como una frontera masiva de aberturas dosificadas. De no ser porque su escala contrasta con las construcciones del barrio, su expresión austera, casi inacabada, podría pasar inadvertida.