Fue uno de los municipios más afectado en Puebla, por lo que las labores de la Secretaría de Cultura y del INAH han sido intensas en los últimos meses
Tras los sismos de septiembre de 2017, uno de los municipios que se vieron más afectados fue Atlixco, en el estado de Puebla, por lo que desde entonces la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han trabajado de manera intensa para recuperar el patrimonio histórico de este lugar catalogado como Pueblo Mágico.
Tal es el caso de la Parroquia de Santa María de la Natividad, inmueble que data del siglo XVII y que es considerada la catedral de esa ciudad. Este edificio histórico presentó daños significativos en la fachada, que tuvo desfase o desprendimiento; asimismo, dos de las nueve capillas con las que cuenta registraron afectación en sus cúpulas por la caída de los pináculos que las perforaron.
Con inyecciones en las grietas, se tiene cien por ciento consolidada la fachada en su parte principal, por lo que proseguirá la aplicación de pintura. Al interior del inmueble hubo daños menores: pequeñas grietas y desprendimiento de aplanados.
El arquitecto Fernando Bonilla, del Centro INAH Puebla, destacó que la cúpula principal de la parroquia tuvo fracturas importantes debido a la fuerza del sismo, aunque ya había sufrido daños por el movimiento telúrico de 1999. En ese momento fue consolidada y reforzada con un tipo de malla metálica que le ayudó a no colapsar y sólo tuviera daños mayores.
“El reto más importante es recuperar la cúpula, y su gran altura es una dificultad a sortear. Se retiró el material dañado para reponerlo y se inyectaron las grietas para consolidarlas; el proyecto de intervención ya está aprobado”, explicó.
Posterior a las labores de recuperación del inmueble, se iniciará la restauración de la pintura mural, argamasas de diferentes materiales y bienes muebles que también presentaron daños, entre ellos un órgano del siglo XIX que está protegido desde el comienzo de la intervención.
En su oportunidad, el párroco Jesús Genis Velázquez, responsable de la parroquia, comentó que los atlixquenses son conscientes de la magnitud del daño que sufrió el templo. “Le suplicamos a Dios para que ilumine al personal del INAH que está al frente de las obras de restauración. Sabemos que el daño fue muy grande y entendemos el ritmo de las labores; mientras oficiamos misa en una cancha de baloncesto de una escuela cercana”, manifestó.
Por otro lado, el Templo de la Merced, del siglo XVII, ubicado también en el primer cuadro de Atlixco, cuya fachada es claro ejemplo del barroco poblano, presentó daños en la cúpula, la cual colapsó, así como en muros, coro, sotocoro y una parte de la bóveda, que muestran fisuras y grietas.
Los daños en la cúpula, explicó el arquitecto del Centro INAH Puebla, se deben principalmente a una intervención inadecuada hecha anteriormente, en la que utilizaron materiales cementantes, que no correspondían a los originales, lo que generó rigidez en este elemento arquitectónico al momento del sismo y en su desplome completo.
“Se analiza si se restituye la cúpula con los fragmentos, cambiarla por completo o reestructurarla con los elementos que se tenían anteriormente; cada alternativa es estudiada entre los arquitectos, ingenieros y restauradores”, explicó Fernando Bonilla.
En tanto, dijo, se han consolidado los muros afectados a través de inyecciones, y se realizaron los repellados al interior y al exterior, así como la aplicación de la pintura en la mayor parte del recinto religioso. El inmueble cuenta con muy poca decoración mural, y fue protegida para su posterior intervención, al igual que el órgano y el retablo, anotó.
Con una preciosista fachada de estilo barroco poblano, la Capilla del Tercer Orden de San Francisco, construida entre el siglo XVII y principios del XVIII, también reportó daños estructurales en la bóveda a causa de grietas, mismas que ya se consolidaron y se impermeabilizó la parte superior. Los muros no presentaron ningún tipo de daño estructural, por lo que sólo se hicieron trabajos de cosidos, inyecciones y repellados en los laterales.
Sobre los procedimientos efectuados, el arquitecto José Luis Abad Miranda, de la empresa encargada de los trabajos de recuperación, bajo la coordinación y seguimiento del Centro INAH Puebla, indicó que a lo largo de la bóveda, el sismo generó grietas a los costados y en el centro, mismas que se extendieron y partieron los arcos que sostienen la cúpula. Tras asegurar y apuntalar los elementos en riesgo, se procedió a la consolidación de muros laterales, a través de inyección y cosido.
Posteriormente, se le hizo un tratamiento impermeabilizante y se cubrió con petatillo de barro, que ayudará a evitar filtraciones de agua y humedad, lo que permitirá restaurar, posteriormente, los siete retablos que tiene el templo.
“La capilla ya está consolidada al cien por ciento, aunque todavía se realizan trabajos que no son de tanto riesgo, como los que hacen en la parte baja del coro, donde se consolidan los muros que faltaban”, expuso.
Al respecto, el arquitecto del Centro INAH Puebla, Fernando Bonilla, refirió que se elabora el proyecto ejecutivo para intervenir los retablos —cuyos estilos van del barroco al neoclásico— mismos que ya presentaban deterioro previo al sismo, y de momento están apuntalados. Los trabajos de restauración también incluirán el retablo principal y dos pinturas laterales de gran formato con pasajes de la vida de Cristo y de los franciscanos.
El Ex Convento del Carmen, edificado a principios del siglo XVII y concluido a mediados del XIX, también tuvo daños severos, principalmente en las cúpulas del templo, de las cuales cuatro están fracturadas y a punto de colapsar, por lo que se analiza cómo reestructurarlas o sustituirlas.
El arquitecto Bonilla detalló que el inmueble ha sido usado como sede de oficinas municipales, sin darle mantenimiento adecuado. Muchos de los daños que el monumento presenta se deben a malas intervenciones y adecuaciones que le hicieron para tal fin, por ejemplo, los contrafuertes del templo, del lado oriente, fueron perforados.
Al respecto, la arquitecta Reyna Salinas, de la constructora que ejecuta las labores de restauración en el inmueble bajo la supervisión del INAH, comentó que los daños principales son en cúpulas, escaleras, la fachada oriente del templo —que da al recinto ferial— y losas del lado de las crujías poniente.
“Se han consolidado muros para estabilizar la estructura del templo, que es la parte más antigua del complejo conventual, y se aseguró la mampostería; asimismo, se presentan varios proyectos con el arquitecto Rafael Barquero, del Centro INAH Puebla, para ver de qué manera se puede intervenir el inmueble”, expuso.