La muestra está a cargo del fotógrafo, historiador de la arquitectura y catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia Joaquín Bérchez
Con la publicación que lleva por nombre ‘Museo Nacional del Prado. Rafael Moneo, 2007-2017’, este recinto celebra el décimo aniversario de la ampliación de su espacio, proyecto que estuvo a cargo del arquitecto español.
Se trata de una reflexión en torno a la entidad arquitectónica y museística de la intervención que hizo Rafael Moneo a dicho museo, cuyo plan añadió un edificio de nueva planta articulado en torno al Claustro restaurado de los Jerónimos.
Además, el Museo del Prado celebra esta efeméride con una exposición a cargo del fotógrafo, historiador de la arquitectura y catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia Joaquín Bérchez, cuyo análisis de la arquitectura de Moneo se plasma en las 26 fotografías que se exhiben en el Claustro.
La ampliación del Museo del Prado es una de las obras más complejas y relevantes de la brillante trayectoria internacional de Rafael Moneo, lo cual se muestra en la exposición fotográfica ‘Por El Prado de Moneo’, misma que propone deleitar al espectador con peculiares ambientes e inéditos fragmentos o registros lumínicos.
A caballo entre la narración y la observación, Joaquín Bérchez propone un exigente diálogo visual, reflejo a su vez del que Moneo ha entablado desde una arquitectura comprometida y rigurosa con el excepcional edificio neoclásico de Juan de Villanueva.
La mirada de Bérchez pone delante de los ojos del espectador fragmentos compositivos en ladrillo, piedra, mármol, estuco, madera, bronce o cristal. Le introduce en la Sala de las Musas, la cuña oblicua o gran vestíbulo y el nuevo claustro.
La exposición fotográfica podrá visitarse hasta el próximo 28 de enero en el Claustro de los Jerónimos, en donde los visitantes podrán percatar la intervención de este arquitecto, cuya fórmula ingeniada con un complejo formado por una construcción de nueva planta y el Claustro restaurado de los Jerónimos, a través de una cuña que actúa como área de acogida y distribuidor de visitantes.
Esta ampliación incorporó 15,715 metros cuadrados de superficie, es decir, un incremento de 50% respecto a los que tiene su sede histórica. Además, permitió disponer de los espacios y las instalaciones adecuadas para el desarrollo tanto de su actividad interna de conservación y custodia de una de las más excelentes colecciones de arte del mundo, como de su actividad externa en relación con el público que lo visita o participa en sus actividades.
Tras esta intervención, la organización de más exposiciones, junto con una renovada oferta de actividades y servicios, favoreció un aumento de visitantes de 40%, ya que el año anterior a la ampliación se contabilizaron 2 millones 165, 581 visitantes, mientras que en 2016 ascendieron a 3 millones 33,754, cifra nunca antes alcanzada.
