El diseño a cargo de la firma Foster+Partners cuenta con dos alas simétricas de muelles que se extienden desde el jardín y el vestíbulo central
Un avance de 83% es el que registra la ampliación del Aeropuerto Internacional de Tocumen, en Panamá, la cual comprende la interconexión de la terminal existente con la nueva, a través de un edificio; una moderna infraestructura, 20 puertas de abordaje, 8 posiciones remotas y una nueva plataforma de aeronaves, entre otras obras.
El plan maestro contempla incrementar su capacidad para 2022, esto con el objetivo de pasar de 5.8 a 18 millones de pasajeros anuales para fomar un importante y nuevo aeropuerto central para América.
El diseño de la nueva terminal estuvo a cargo de la firma de arquitectura Foster+Partners, y refleja el paisaje de Panamá evocando un sentido de lugar único que da la bienvenida al país a los visitantes y elimina el carácter anónimo de los aeropuertos centrales para los pasajeros en tránsito.
En el centro del aeropuerto hay un exuberante jardín abierto, proyectado con árboles y flora de los bosques de la ciudad, visible a través de un cerramiento de vidrio curvo. A su vez, dos alas simétricas de muelles se extienden de este a oeste, desde el jardín y el vestíbulo central.
Todo el edificio está unido bajo una aerodinámica cubierta de bronce coloreado, mientras que una variedad de interiores cálidos de piedra y vigas complementa los tonos metalizados de la cubierta.
Las fachadas acristaladas abren el aeropuerto hacia el aeródromo y el paisaje. Como el foco de atención de los aeropuertos centrales está puesto en el tránsito de los pasajeros, el planteamiento de la terminal minimiza los tiempos de conexión, con fuertes conexiones visuales a través del aeropuerto para poder encontrar el camino intuitivamente.
En tanto, la vista en planta muestra una curva de la fachada del edificio que ha sido cuidadosamente diseñada para que, a la vez que minimiza las distancias de desplazamiento a pie, albergue un gran número de zonas de embarque.
La ingeniería y la arquitectura se proyectaron simultáneamente, resultando una estrategia medioambiental integral que armoniza soluciones activas y pasivas. Unas aperturas en la cubierta permiten que la luz penetre hasta los lugares más recónditos del edificio, y un amplio vuelo protege las fachadas de vidrio del aporte solar, minimizando así la necesidad de enfriamiento mecánico.
Lo más importante es que el edificio está diseñado de forma que se pueda construir en un plazo muy corto en las condiciones tropicales, y las fases están programadas para que el aeropuerto pueda funcionar durante su construcción.