Estudiantes del taller de Escultura en Metal crearon bancas que decoraran los pasillos de la Universidad y que son de utilidad para la comunidad
Corredores y pasillos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán han sido decorados con piezas de arte creadas a partir de desechos metálicos de pupitres, escritorios y puertas de baño.
Dichas obras creadas por alumnos del taller ‘Escultura en Metal’ fueron concebidas con el objetivo de dar un nuevo uso a este material, transformarlo y reutilizarlo. Para ello, los integrantes del Escuadrón Banca llevaron a cabo una serie de bancas para que la comunidad pueda apropiarse de ellas.
Estas piezas, que forman parte del proyecto Corredor Escultórico de la FES Cuautitlán, buscan mezclar aspectos educativos, creativos y estéticos para que las personas se involucren con el arte y lo vean como parte del entorno.
De acuerdo con un comunicado emitido por la UNAM, la ventaja de la escultura en acero es que es posible recortar, soldar, esmerilar, dar acabados y volver a iniciar el proceso creativo las veces que sea necesario.
La propuesta plantea el aprovechamiento de la chatarra de acero como materia prima, al mismo tiempo que busca que los participantes se vean a sí mismos como seres creativos, ya que ninguno de ellos se dedica propiamente al arte.
Así lo indicó Elizabeth Skinfill Vite, maestra en Artes Visuales y responsable del taller, quien además señaló que este proyecto tiene como objetivo devolver a la vida útil objetos y materiales inservibles, provenientes de diversas áreas de la unidad multidisciplinaria.
La también creadora de “Alas de Libertad”, escultura monumental en acero que da identidad a la FES Cuautitlán, aseguró que un aliciente fue implementar espacios agradables donde los jóvenes puedan convivir por más tiempo, ya que ellos no tenían un lugar dónde sentarse, más que el pasto y algunas jardineras, lo cual resulta insuficiente.
De esta manera, los alumnos crearon una serie de bancas, cada una con su estilo personal, y hacen su propio diseño; cuando lo concluyen, lo donan a la facultad. “Es un proyecto sin antecedentes en la Universidad, pues no sólo obsequian su tiempo y trabajo, también el dinero que invierten para elaborarlo. A la fecha, han creado 22 bancas”, destacó la maestra.