Aunque su origen se remonta a la década de 1830, la proliferación y demanda de las casas prefabricadas nunca ha sido tan elevada como lo es en la actualidad. De hecho, este sector ha experimentado una revolución sin precedentes durante las últimas décadas lo cual, en parte, ha estado motivado por el desarrollo tecnológico, un mayor compromiso social en materia de sostenibilidad o la conveniente relación calidad-precio que ofrecen estas viviendas.
A continuación, analizamos algunas de las principales ventajas de estas viviendas. ¡Toma nota!
¿Cuáles son sus principales ventajas?
Ahorro de dinero
Desde un punto de vista económico, las soluciones prefabricadas destacan por ser excepcionalmente competitivas. En realidad, no es extraño si tenemos en cuenta que su sistema de producción está desarrollado para optimizar la mano de obra, las herramientas y convertir los procesos involucrados en la fabricación y diseño en soluciones más eficientes. En comparación con sus análogas convencionales, las casas prefabricadas pueden llegar a representar una oportunidad de ahorro de hasta el 70%.
No obstante, es importante aclarar que ello no significa que nos encontremos ante una solución de tipo ‘low cost’. De hecho, se trata de un segmento de mercado altamente diversificado en el que conviven opciones económicas con otras asociadas a costes más elevados. No obstante, en cualquier caso y con independencia de cuál sea su presupuesto, una casa prefabricada siempre ofrecerá ventajas a nivel de plazos así como unos procedimientos que eluden cualquier posible sobrecoste o unos gastos financieros más reducidos.
Construcción mucho más rápida y sencilla
El menor tiempo requerido durante los procesos de construcción es uno de los principales puntos fuertes que caracterizan a las casas prefabricadas. En realidad, estas viviendas son total o parcialmente producidas a través de un flujo de producción de naturaleza industrial por lo que durante el proceso participan procesos y técnicas mucho más eficientes en comparación a los que intervienen en los procedimientos tradicionales. En general, el período requerido para su construcción, es inferior a la mitad del que se necesita en el caso de las casas no prefabricadas.
Ello se debe, en parte, a que la metodología es completamente inversa a la que encontramos dentro de las obras tradicionales en lo que concierne a las fases que la integran o los tiempos de estas. En los proyectos de casas prefabricadas, cada vivienda se lleva a cabo desde dentro hacia afuera, lo cual implica que cada fabricante pueda optimizar los recursos de forma plenamente flexible y siempre en concordancia con las preferencias de cada cliente.
El resultado es un tiempo de entrega mínimo que, a menudo, se sitúa entre unos cuatro o cinco meses y que, incluso, puede reducirse a unas diez semanas sin que ello implique una renuncia a las máximas calidades.
Suelen ser sostenibles y tener buena eficiencia energética
Los procesos y los materiales que participan en la construcción de este tipo de viviendas tienden a ser más respetuosos con el medio ambiente en comparación a los que encontramos dentro del paisaje inmobiliario clásico. Ello es posible gracias a una dinámica que, como hemos mencionado, es fundamentalmente de tipo industrial que está orientada de principio a fin a reducir la emisión de residuos y, al mismo tiempo, cuenta con una clara vocación a la innovación con soluciones más vanguardistas que las que caracterizan a las viviendas clásicas. Por otra parte, una de las consecuencias directas es una eliminación de residuos mucho más regulada y, en cierto sentido, más exigente.
Se pueden personalizar
Aunque en el pasado las casas prefabricadas solían asociarse a un formato muy específico, las limitaciones desde un punto de vista técnico y creativo se han difuminado tras un desarrollo del segmento sin precedentes. Desde fórmulas modernas en hormigón, hasta propuestas rústicas. Las casas prefabricadas se basan en la modularidad por lo que son fácilmente actualizables. Además, pueden estar integradas prácticamente por todo tipo de materiales y basadas y en propuestas conceptuales de lo más diversas. Optar por ellas puede representar muchas más oportunidades para acceder a soluciones exclusivas y tan personales como el cliente desee.
Posibles inconvenientes
A pesar de las grandes ventajas que ofrecen las viviendas prefabricadas, cuentan con cierta estigmatización cultural y, a menudo, tienden a ser asociadas a segundas residencias en lugar de ser entendidas soluciones permanentes. En general, ello se debe a la falta de información.
Otra de las creencias más extendidas es que las casas prefabricadas tienen menor durabilidad y mayores necesidades en materia de mantenimiento. Sin embargo, no se trata, ni mucho menos, de una afirmación categórica pues, este mercado está altamente diversificado y se caracteriza por su heterogeneidad. Mientras que las soluciones en madera requieren de mayores cuidados que las metálicas, estás exigen más que, por ejemplo las de hormigón. Lo más aconsejable es solicitar asesoramiento sobre el material para poder acceder a soluciones adaptadas a nuestras necesidades.
Por último, la legislación y las gestiones burocráticas asociados a la adquisición e instalación de casas prefabricadas puede servir como un factor disuasorio para aquellos clientes que no huyen de los trámites administrativos.