La directora general de AMPIP equilibra su vida laboral con momentos de tranquilidad
Puntual y con claridad en las ideas al expresarse, con objetivos, disciplina y cuya personalidad es prever Claudia Ávila Connelly tiene como sueño ideal participar en una fundación para ayudar a niños en comunidades marginadas.
Siempre le ha llamado la atención la parte social “yo soy madrina de dos niños en la zona Ñañu en Hidalgo, Ixmiquilpan, desde hace como 10 años contribuyo económicamente con una beca para que ellos puedan tener una mejor calidad de vida a través de Fondo para niños de México, pero eventualmente me gustaría participar más activamente y no solo contribuyendo económicamente sino ir a las comunidades y es un ideal a futuro de manera voluntaria”, confiesa con ilusión.
Clave del éxito, administrar el tiempo
Reconoce que es disciplinada pero que eso no es todo en la vida “mi mensaje sería que es importante tener una meta porque entonces sabes a dónde caminar claramente, una meta personal y profesional pero eso no quiere decir que seamos rígidos en la vida, uno tiene que ser flexible, darse sus tiempos inclusive para no hacer nada como sentarte en un sillón a contemplar… como todo deber existir un equilibrio”.
Con las responsabilidades que implica ser la Directora General de la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP), esboza una sonrisa cuando comparte sus gustos, “me encanta viajar, salir con mis amigos a fiestas, voy al gimnasio por el placer de relajarme. Me gusta ir al campo, mi padre tiene una casa de campo en Villa del Carbón cerca de aquí, estoy cerca de la naturaleza y leo un buen libro. Tengo mis momentos de relax”.
Siempre tiene tiempo para pasar momentos con sus hijas, agregó que se divierte los fines de semana cuando se pone jeans y patina por Paseo de la Reforma cuando cierran la circulación y sus hijas andan en bicicleta.
“Me encanta la jardinería y luego ando con las manos llenas de tierra, otras veces, un sábado en la tarde quiero estar en pijama viendo películas”, añade la profesionista con un doctorado en Gestión Estratégica y Políticas de Desarrollo en la Anáhuac.
Rol como mamá
Gracias al compromiso, responsabilidad y confianza de sus jefes, Claudia Ávila pudo disfrutar de sus embarazos cumpliendo con sus actividades laborales “porque cuando uno trabaja por objetivos y no, por horarios es más fácil, siempre fui muy productiva aún estudiando la maestría, sacaba mi trabajo y de 10 porque siempre me he autoimpuesto estándares muy altos de calidad en mi trabajo y eso me ha ayudado a crecer profesionalmente”, recuerda con satisfacción.
Durante su segundo embarazo se desempeñaba como titular de la Secretaría de Desarrollo Económico y radicaba en Pachuca, por la importancia del cargo y el trato con inversionistas, aún con la incapacidad de maternidad tenía que atender ciertas cuestiones.
Destaca que con sus hijas desarrolla canales de comunicación porque lejos de considerarse la mamá buena onda “trato de ser muy abierta en cuanto a escucharlas y darles mi opinión con respeto, pero a la vez, tener cierta disciplina. En casa queda claro que los permisos no se dan gratis, se ganan y también a mis hijas les digo que hay derechos y obligaciones”.
Adaptarse a los tiempos
A ella le tocó vivir en el cambio de generación, con su vida profesional coincidió su actividad profesional, en estas nuevas generaciones “vemos que a las mujeres que se integran al mercado laboral, no solamente por gusto sino porque la economía cambia así como la dinámica familiar y es necesario tener dos ingresos porque uno no necesariamente alcanza», recuerda.
“Aún cuando somos la generación de cambio, todavía hay algunos estereotipos. Las mamás no debemos de fijar sistemas de valores que limiten a nuestros hijos, sino que podamos educarlos a que lo importante es un trabajo en equipo y en una relación hay derechos y obligaciones. Yo creo que la felicidad se la crea uno haciendo lo que le gusta”, cierra la conversación con una mirada firme pero sonriendo.