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Vacacionar en una historia

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Mi tío Chato tiene unas historias muy divertidas, como la vez que casi se regresan de Oaxaca porque la fiesta por la boda de su amigo acabó muy temprano y querían seguirla… aunque estuvieran a más de 10 horas de sus casas, incluso la novia preparó su maleta porque se iba a regresar con ellos.

Una de mis historias favoritas es cuando, con sus amigos, empezó a visitar Xico, pueblo de Veracruz, que desde 2011 fue declarado ‘Pueblo Mágico’, los primeros viajes los hicieron hace más de 30 años, se iban en tren, en un recorrido de unas doce horas y tan apretados como Metro en hora pico.

“Imagínate, sin dinero, en tren, en segunda clase y con descuento de estudiantes…”, así lo cuenta mi tío siempre que recuerda esas aventuras. La ventaja es que varios de los viajeros de esa época son de Xico, por lo que tenían hospedaje seguro. “La mamá de nuestros amigos siempre se preocupaba porque al menos un pan y un café nos echáramos antes de irnos a las cascadas”.

También me contó que la fiesta del pueblo es el 22 de julio, día de María Magdalena, y se lleva a cabo entre danzas, música, toritos de bebida y de cuetes, casas abiertas que alimentan a xiqueños y visitantes; además, sueltan toros en las calles para que los más aventureros corran frente a ellos.

Por muchas de estas historias decidí visitar dicho lugar, el hospedaje lo conseguí en Coatepec, está a unos 20 minutos de XIco, por medio de Airbnb, fue la primera vez que la usé, lo más chistoso es que la chava que me hospedó no tenía mucho que se había dado de alta en la aplicación, por lo que fui su primer huésped; otra cosa que me dio gracia es que nos fuimos a conocer hasta allá, aunque ella es de Xochimilco; es muy buena onda, a pesar de llevar poco tiempo de vivir en tierras jarochas me dio muy buenas recomendaciones.

Antes de irme mi tío me pidió ir a saludar a su amigo, “preguntas por la calle que baja al río en donde estaba el rastro, hay una escuela y casi en frente vive mi amigo, preguntas por Raymundo Mapel, ‘El Tiburón’, le dices que espero ir pronto a saludarlo en persona”. Fue la única referencia que me dio… pero sí llegué a su casa, pasé los saludos, me invitó a comer sin importar que fue la primera vez que nos veíamos en la vida, me dijo cómo llegar a la cascada de Texolo, “vete derecho por toda esta calle empedrada, es como una media hora caminando”.

El calor estaba rete fuerte, pero contemplar el paisaje de cafetales, platanales que dan sombra a estos arbustos, hacen que uno siga la marcha; llegar al primer mirador y contemplar la cascada hacen que valga la pena la caminada.

Entre los cerros hay una desviación para la cascada de ‘La Monja’, al llegar es inevitable quedarse en la orilla, por lo que con el harto calor meterse al río es lo mejor de mundo mundial, sentir el agua correr, el paisaje hace que te olvides de las preocupaciones del trabajo, del ajetreo del Defectuoso, todo es armonía, entendí por qué son las historias que más me gusta escuchar de mi tío.

Hace dos años inauguraron un pequeño museo dedicado a la danza, las mamparas contienen frases de los habitantes del pueblo, éstas dan una idea de lo importante que es la unión de la música y la expresión del cuerpo para honrar a María Magdalena.

“El día que no participo yo no me siento vivo”. “Yo no voy a parar de bailar hasta que de plano ya no aguante los pies”. “Salir a bailar se siente del corazón, lo disfruta uno tanto que el cansancio ni se siente”. “Yo le doy gracias a Dios que me haya gustado la danza”. “Si vas a la danza, es un compromiso”. Son algunas frases que se pueden leer en el ‘Museo del Danzante Xiqueño’.

La muchacha encargada del museo me puso un video sobre el festejo que se hace en julio, confirmé lo dicho por mi tío… ¡Sí se pone muy bueno! También me preguntó si era la primera vez que estaba en Xico, le contesté que físicamente sí, porque tenía una fuente de primera mano que me había dicho cómo es.

Otro grato momento fue que Sara, mi anfitriona, me dijo que en el Centro de Coatepec hay un café que se llama Casú, que además de destacar por esta bebida, los jueves se realiza un encuentro de músicos de todas las edades, que van a compartir música y versos, disfrutamos de dos horas de vibraciones de jaranas, vihuelas, panderos, marimbol y un chorro de voces.

La verdad es que fueron días muy alegres porque un fin de semana antes nos reunimos varios amigos por el cumpleaños de uno de nosotros; luego fue el viaje a tierras jarochas, aunque adelanté mi regreso, fue por una buena causa: mi amiga Daniela vino de España a trabajar por unos días, teníamos más de un año sin vernos, entonces si no regresaba un día antes quizá nos volveríamos a encontrar hasta el 2034, fue muy bueno el reencuentro y además una artesanía de totomoxtle la acompañó en su regreso.

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Diego Rodríguez

Egresado de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la carrera en Comunicación, con especialidad en medios escritos. Reportero del desaparecido periódico Nuestro México, en donde cubrió las fuentes delegacionales y Asamblea Legislativa. También trabajó en la Coordinación de Comunicación Social en la delegación Álvaro Obregón. Le gusta leer novelas y cuentos.


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