Por Jorge A. Mc Loughlin.
El Art. 33 de la Constitución Mexicana nos prohíbe a los extranjeros inmiscuirnos en las cuestiones políticas del país.
Quiero ser respetuoso de ese mandato legal, pero la indignación que provocan en mi persona los dichos y actitudes de Trump, son más fuertes que mi disciplina cívica y no puedo por ello dejar de escribir estas líneas para expresarle con todo respeto al Señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Enrique Peña Nieto, que además de los 125 millones de mexicanos que están (y con sobradas razones) muy orgullosos de lo que son, somos casi 1 millón de extranjeros que habitamos en este país, gracias a ese corazón generoso al que hizo referencia en su mensaje y con el que fuimos en su momento recibidos sin distingo de clase, credo o religión.
Esta actitud no es nueva en México ni fue tampoco la actitud aislada de algún gobierno de turno. Desde la lejana actitud del Presidente Santa Ana que permitió que Texas fuera colonizada por habitantes de los EEUU de NA con la sola condición que se convirtieran en ciudadanos mexicanos, hasta los cientos de argentinos que en los 70´s huían de la dictadura militar, pasando por los españoles que en el gobierno de Lázaro Cárdenas fueron recibidos cuando la Guerra Civil española los obligó a dejar su tierra natal, son claros ejemplos de este corazón generoso de la Nación mexicana.
Generosidad esta que en ciertas ocasiones adquirió ribetes heroicos, como fue la actitud de Gilberto Bosques, que salvó la vida de 40.000 judíos y republicanos españoles mientras fue el Cónsul General en Francia y sin amedrentarse por los riesgos que ello significaba para él y para toda su familia.
No tengo duda por lo tanto que la gran mayoría de nosotros, la gran mayoría de este millón de extranjeros que residimos en México, nos sentimos también muy orgullosos y agradecidos de vivir en este país y coincidimos con las expresiones de los cuatro candidatos y del Presidente de la República repudiando las amenazas de Trump.
Estoy seguro que incluso el 77% de este millón que paradójicamente proceden de los EEUU de NAs, no están de acuerdo con las expresiones de este triste personaje, Donald Trump.
«Hacer grande a América otra vez» fue el lema de campaña de Trump. Que no olvide que AMERICA va desde Argentina y hasta Canadá y que la grandeza no debería medirse sólo en términos macro económicos o de poderío bélico.
Mi añorada Argentina ES GRANDE, LATINO AMERICA ES GRANDE y hoy México nos da a todos nosotros un ejemplo de GRANDEZA Y DIGNIDAD que seguramente habrá de calar hondo en el corazón de todos aquellos que anhelamos un mundo mejor, un mundo en paz, un mundo más solidario, un mundo donde la preocupación por el planeta sea una causa común, un mundo donde personajes como Trump, nada positivo aportan.
Jorge A. Mc Loughlin
Director General de Revisora de Avalúos S.A. de C.V.
Miembro de la Comisión Nacional de Vivienda y Desarrollo Urbano de COPARMEX
Miembro de la Unión Interamericana Para la Vivienda