¿Dónde quedó el excesivo delineador negro y el fleco voluminoso? ¿Qué fue de las otras bandas que escuchaba en la secu? El chavorruquismo se hizo presente
Debo confesar que cuando supe que haría mi primera entrada en el Blog desde Centro Urbano entré en pánico, pues suelo no saber en qué pensar al escuchar: “Puedes escribir de lo que quieras”. Hay tantas cosas de las que podría plasmar algunos párrafos, que la elección se vuelve un dolor de cabeza. Sin embargo, no hizo falta ir muy lejos para encontrar una respuesta certera.
Mis inicios en el periodismo se remiten por allá de la educación secundaria y mi gloriosa estancia en la venerable Técnica 99 ‘Amistad Británico Mexicana’. Tenía unos 12 años cuando decidí que estudiaría la carrera de Comunicación (o alguna afín), después de una larga temporada de escuchar Reactor 105.7 FM durante lapsos prolongados y haber visto al menos 20 veces ‘Almost Famous’, película dirigida por Cameron Crowe donde un chavito de 14 años llamado William Miller, se va de gira con una banda de rock e intenta hacer una entrevista para la Rolling Stone.
Cuando eres cuasi adolescente, un futuro así parece maravilloso y aunque no tienes idea de nada, te atreves a realizar tus primeros intentos de algo. Eso fue lo que hice: en octubre de 2007, mi banda favorita de entonces, My Chemical Romance, ídolos de la oleada emo que se encontraba en boga, visitaron nuestro país. Tras una tremenda odisea, logré verlos en el Palacio de los Deportes. Pero no conforme con el éxtasis del momento, me aventuré a escribir una especie de crónica-reseña del concierto para mi clase de arte (what?).
Obviamente ese texto era todo menos artístico, pero fue el primer acercamiento a un estilo de vida que definiría mis siguientes años: antes de los 18 había asistido a más de 50 conciertos. Grandes experiencias, anécdotas inverosímiles y un dulce sabor de boca es lo que me han dejado todos esos shows.
Resulta extraño pensar que ha pasado más de una década desde mi primer concierto y hoy me siento chavorruca al recordar aquel 2007 de Vive Latino y My Chemical Romance ¿Dónde quedó el excesivo delineador negro y el fleco voluminoso? ¿Qué fue de las otras bandas que escuchaba en segundo de secu?
Hace un par de semanas cumplí 23 años y mi mejor amiga de la universidad me regaló una entrada para el décimo aniversario de ‘Una vida no es suficiente’, el segundo disco de Insite, los responsables de las rolas desoladoras que musicalizaron mis decepciones amorosas adolescentes.
Definitivamente las cosas cambiaron desde finales de la década pasada hasta hoy, pero al estar parada en un Plaza Condesa abarrotado de gente con la garganta desgarrada por cantar ‘Sola’, ‘Siempre me dejas’ o ‘Rojo azul’, me trasladé a una época no tan lejana y sentí un dejo de nostalgia en mí: la adultez nos alcanzó y el chavorruquismo se hizo presente. Diferente a lo que habría sido hace años, todos los presentes en el show de Insite rebasábamos los 20 años, incluso los 30. La bandita emo se extinguió y hoy, nuestras agrupaciones nos deleitan con conciertos de ‘aniversario’, pues sabemos que las glorias pasadas no volverán jamás ¿Qué le vamos a hacer?
Una última cosita:
Coincidentemente y por fortuna, tuve la oportunidad de escribir esta entrada el 4 de septiembre, por lo que aprovecharé para recordar al gran Gustavo Adrián Cerati Clark, que un día igual de nublado y lluvioso como hoy, dejó el mundo terrenal y terminó de convertirse en leyenda.
Aunque hoy esté a ‘un millón de años luz’, siempre es bueno recordar al músico argentino y dedicarle un “Gracias totales”.
Bonita versión de ‘Bajan’, original del maestro Luis Alberto Spinetta, ídolo e infuencia de Cerati. Esta fue una colaboración hecha en 2009, en un show que «El Flaco» dio en el Estadio Obras: «Si hay un sueño cumplido, es este».
