El Centro Botín cuenta con una ala al oeste y una ala al este, unidas por una pasarela elevada que culmina en una plataforma en voladizo sobre el mar
Hace unos días se puso en marcha el primer proyecto del arquitecto italiano Renzo Piano en España, mismo que contó con la colaboración de la firma Luis Vidal + Architects.
Se trata del Centro Botín, un nuevo espacio para el arte, la cultura y las diversas actividades de la Fundación Botín, construido en los Jardines de Pereda, en el paseo marítimo de la ciudad de Santander, en el noroeste de España.
Dicho proyecto de restauración en la ciudad, recupera una zona utilizada como estacionamiento, para convertirse en un sitio que proporciona acceso directo desde el centro histórico de la ciudad con el mar, mejorando, a su vez, las conexiones visuales con el agua.
Financiado en su totalidad por la Fundación Botín, este nuevo hogar permanente para los programas de arte, culturales y educativas de la Fundación consta de un edificio de 10,000 m2 que se eleva por encima del suelo, formando espectaculares marcos con vistas a la ciudad y la bahía.
El inmueble cuenta con dos partes para espacios de exposición: un auditorio con 300 asientos desmontables y, en el nivel superior, un espacio polivalente de aproximadamente 255 m2.
Gracias a diversos programas culturales y de investigación de la Fundación, se espera que este centro impulse el desarrollo cultural, social y económico en Santander.
El Centro de Arte Botín está organizado en dos partes: una ala al oeste y una ala al este, unidas por una pasarela elevada que culmina en una plataforma en voladizo sobre el mar.
El ala oeste del edificio es un espacio de exposición de 2,500 m2 de espacios versátiles de 5 metros de altura de más de dos niveles que ofrecen las galerías y áreas de apoyo. El nivel superior tiene un sistema de claraboya que permite que parte del espacio de la galería se ilumine naturalmente.
El ala más pequeña del este se centra en la educación y acomoda un espacio convertible del auditorio de 7.5 metros de alto con 300 asientos desprendibles y, en el nivel superior del edificio, un área multiusos de aproximadamente 255 m2.
El auditorio tiene una fachada acristalada al sur, ofreciendo la opción de contar con altavoces, actores o músicos actuando contra el telón de fondo de la bahía con su tráfico de naves.
Ambos edificios se levantan gracias a las columnas de apoyo y junto con la forma curva con la que cuentan, esta estructura aclara la presencia de la instalación en el sitio y permite vistas claras desde el parque hasta el mar.
El exterior está revestido con pequeños azulejos de cerámica blanquecinos que se adaptan fácilmente a la forma del edificio y que también tienen un acabado nacarado que refuerza la luminosidad del edificio, bajo el cielo a menudo gris de Santander.