Caochan na Creige es una casa en Escocia que destaca por su integración al paisaje, uso de materiales locales y una arquitectura austera y sostenible
Una vivienda pequeña, austera y profundamente conectada con su entorno fue reconocida como la mejor casa del año 2025 por el Royal Institute of British Architects (RIBA).
Se trata de Caochan na Creige, un proyecto ubicado en la isla de Harris, en las Hébridas Exteriores de Escocia, diseñado y construido por el estudio Izat Arundell, que este año se alzó con el RIBA House of the Year Award 2025.
Lejos de los grandes gestos formales o los presupuestos elevados, el jurado del RIBA destacó este proyecto por su sensibilidad hacia el paisaje, su uso inteligente de materiales locales y su capacidad para responder a condiciones climáticas extremas con una arquitectura precisa, honesta y profundamente contemporánea.
Arquitectura que nace del lugar
Caochan na Creige se asienta en un terreno rocoso frente al mar, en uno de los paisajes más agrestes del Reino Unido, y, desde su concepción, la casa se pensó como una extensión del sitio: no intenta imponerse al entorno, sino fundirse con él.
La vivienda está construida principalmente con piedra local (gneis lewisiano) y madera, materiales que no solo remiten a la tradición constructiva de la región, sino que también ofrecen resistencia frente al viento, la lluvia y las bajas temperaturas características de la zona. El resultado es una arquitectura sobria, casi silenciosa, que parece haber estado siempre ahí.
Autoconstrucción y escala humana
Uno de los aspectos más relevantes del proyecto es que fue autoconstruido por los propios arquitectos, lo que permitió un control total sobre el proceso constructivo, los costos y las decisiones de diseño.
De esta manera, con una superficie aproximada de 85 metros cuadrados, Caochan na Creige demuestra que la calidad arquitectónica no depende del tamaño, sino de la claridad conceptual y la coherencia entre idea, material y ejecución.
La casa se organiza de manera compacta y eficiente, priorizando las vistas hacia el paisaje, la entrada de luz natural y la protección frente al clima. Cada espacio está pensado para cumplir múltiples funciones, evitando metros cuadrados innecesarios y reforzando una forma de habitar más consciente y esencial.
Sostenibilidad sin discursos grandilocuentes
Más que incorporar tecnologías complejas, el proyecto apuesta por una sostenibilidad basada en el sentido común: orientación cuidadosa, masa térmica proporcionada por la piedra, aislamiento eficiente y una relación directa con los recursos disponibles en el sitio.
Este enfoque fue especialmente valorado por el jurado del RIBA, que subrayó cómo Caochan na Creige ofrece una respuesta realista y replicable a los retos actuales de la vivienda, desde la crisis climática hasta las limitaciones presupuestales que enfrentan muchas personas y comunidades.
En palabras del jurado, Caochan na Creige destaca por su “profunda comprensión del lugar, su economía de medios y su extraordinaria calidad espacial”.
En un contexto global marcado por la urbanización acelerada y la estandarización de la vivienda, este proyecto reivindica el papel de la arquitectura contextual, capaz de dialogar con el territorio, la cultura local y las condiciones ambientales específicas.









