“No hay gentrificación buena. La podemos decir como invasión, pero en realidad es desplazamiento”, subrayó Urbano
Durante un webinar organizado por TATSA, Horacio Urbano, presidente de Centro Urbano, reflexionó sobre el fenómeno de la gentrificación, un proceso cada vez más visible en ciudades como la Ciudad de México y en municipios con fuerte atractivo turístico e histórico.
Al abordar el tema, Urbano enfatixó que “la gentrificación es mala, la gentrificación en sí es el desplazamiento de la gente de los lugares en que crecieron”.
Explicó que no se trata únicamente de la llegada de extranjeros, sino también de personas mexicanas con mayor poder adquisitivo que desplazan a quienes tradicionalmente vivían en esas colonias.
El especialista advirtió que este fenómeno ocurre cuando propietarios dejan de renovar rentas porque encuentran inquilinos dispuestos a pagar más, o cuando viviendas residenciales son destinadas a usos distintos, como oficinas o rentas de corto plazo.
“No hay gentrificación buena. Es desplazamiento, o sea, ‘ya no te voy a renovar la renta porque encontré quien me va a pagar más alto por el departamento’”, subrayó.
Consecuencias de la transformación urbana
Urbano explicó que la gentrificación es una consecuencia de los procesos urbanos: “Una transformación urbana exitosa puede hacer una zona más bonita, más segura, con mejor infraestructura, pero lo negativo es que encarece la zona y mucha gente ya no puede pagar”.
Esto provoca que las familias que por años residieron en barrios tradicionales tengan que buscar vivienda en lugares más alejados, perdiendo sus redes de apoyo y arraigo.
Ante este panorama, el experto planteó que no se trata de imponer vivienda social en colonias de alto nivel adquisitivo, sino de garantizar que exista oferta suficiente y accesible en las zonas donde históricamente han vivido los sectores populares.
“Lo que hay que hacer es que el gobierno busque el equilibrio para lograr que en todas las zonas no necesariamente se expulse a quien vivió ahí. (…) La gentrificación es algo malo que hay que intentar evitar a través de acciones de gobierno que permitan que haya cabida para todos en todas las zonas”, señaló.
Compatibilidad entre inversión y vivienda social
Finalmente, destacó que no se trata de frenar la inversión privada, sino de equilibrarla con políticas públicas.
“Si llega esa inversión, que pongan el Starbucks, pero que al mismo tiempo se promueva un proyecto de interés social. Las dos cosas son compatibles”, aseguró.
En ese sentido, la gentrificación se convierte en un reto que exige coordinación y planeación gubernamental, con políticas que apoyen al comercio local, garanticen vivienda para todos los niveles de ingreso y permitan que el desarrollo urbano no signifique la expulsión de los habitantes originales.









