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Crisis urbana puede convertirse en oportunidad: ONU-Habitat

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La directora de ONU-Habitat indicó que la rápida expansión urbana ya no es sólo una tendencia, sino que se ha convertido en una crisis

De acuerdo con Anacláudia Rossbach, directora ejecutiva de ONU-Habitat, actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, una cifra que se estima que aumentará en 2.400 millones de personas para 2050.

No obstante, indicó que, aunque las ciudades están en el corazón del futuro de la humanidad, también son la zona cero de algunos de los mayores desafíos globales, ya que la rápida expansión de las zonas urbanas ya no es sólo una tendencia, sino que se ha convertido en una crisis.

Al respecto, la directora de ONU-Habitat detalló que la expansión urbana no planificada, impulsada principalmente por la creciente demanda de vivienda y el crecimiento de asentamientos informales, amplifica los riesgos climáticos, y, en las últimas décadas, los desastres naturales, como las inundaciones, los ciclones y las sequías, han aumentado.

Pero no se trata sólo de un problema medioambiental, pues Rossbach agregó que las ciudades también se enfrentan a unas brechas sociales y económicas cada vez más profundas.

“La actual crisis mundial de la vivienda afecta a más de 2,800 millones de personas en todo el mundo. Al mismo tiempo, la inversión en vivienda social ha disminuido, y la mayoría de las regiones destinan menos del 0.5% del PIB. El desplazamiento interno, impulsado por los conflictos y los desastres naturales, está añadiendo presión a las necesidades actuales de vivienda”, advirtió.

Sin embargo, la directora de ONU-Habitat aseguró que, si bien las ciudades son la fuente de los desafíos, la crisis urbana puede transformarse en una oportunidad.

La clave para ello está está en repensar las políticas urbanas, las funciones sociales y ecológicas del suelo, y la legislación y la financiación para priorizar la vivienda y los servicios básicos como catalizadores de la acción climática y el desarrollo sostenible:

  1. Optimizar el uso de la tierra para obtener beneficios ecológicos, económicos y sociales, a fin de reducir las emisiones, mejorar la accesibilidad y liberar el potencial sin explotar de las zonas urbanas.
  2. Enfocarse en la vivienda y garantizar el uso de materiales de construcción sostenibles. Esto para crear puestos de trabajo, estimular la economía y hacer que la vivienda sea más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
  3. Integrar sin fisuras los servicios básicos, como la energía limpia, el agua, el saneamiento y el transporte, en la planificación urbana, garantizando una inversión adecuada en infraestructura. Esto es cruciale no sólo para el bienestar de los residentes, sino también para mitigar y adaptarse al cambio climático.

“El camino a seguir es claro: esfuerzos unificados donde los objetivos sociales, urbanos y climáticos se crucen sobre una base de acción local bajo el techo de una vivienda adecuada.Y nuestro principio rector es simple: si cuidamos a las personas, ellas cuidarán del planeta”, concluyó Rossbach.

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Fernanda Hernández

Reportera y redactora en Centro Urbano. Soy egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM). Me interesa la cultura, el urbanismo y la arquitectura. Amante del mundo digital, el cine, la música, la lectura y la escritura.


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