El sector inmobiliario va con todo por cerrar bien el año y arrancar mejor el 2023; “Esto no se acaba, hasta que se acaba”.
Por Horacio Urbano.*
Hace una semana escribía que este año ya valió… Y bueeeeeno… Fue notoria la cantidad de amigos del sector inmobiliario que con toda enjundia me respondieron; ¡No; párale, cómo crees! Agregando a continuación las célebres palabras mágicas del ex receptor de los Yankees, Yogui Berra; “Esto no se acaba, hasta que se acaba”…
Y claro, también pudieron salir con este clásico de la crónica deportiva; “El último minuto también tiene 60 segundos”.
El fondo es el mismo; señalar que esta industria tiene la esperanza puesta en las operaciones que se puedan firmar antes de que finalice el año.
Y pues sí, si bien es cierto que ese resultado, más que ya de las ventas, depende de acelerar el proceso de formalización de las operaciones que ya están en tubería.
Cerrar bien el año
Aunque claro que la idea es seguir vendiendo, pero sin perder de vista que los tiempos de gestión que se lleva formalizar cada operación implican dos etapas; la primera, en que se pacta una venta, lo que puede representar un ingreso por concepto de apartado, adelanto o enganche, y una segunda, la buena, en que ese pacto se formaliza ante notario y el precio de la operación se paga en su totalidad.
El caso es que todos los esfuerzos de los profesionales del sector inmobiliario están puestos en ese cierre de año… Acelerando firmas, pero sin descuidar esas nuevas ventas, con la esperanza de poder firmar algunas de ellas este mismo año, y confiando en que las que queden pendientes habrán de fortalecer tuberías, sentando con ello las bases para un buen inicio del nuevo año.
Porque si, si la semana pasada decía que en gran medida el resultado del sector estaba dado con base en un pronóstico de firmas muy soportado en tubería y en la eficiencia de los procesos de formalización de esas operaciones, hoy toca decir que sostener el esfuerzo de venta habrá de definir el resultado del primer trimestre del ya inevitable 2023.
Arrancar bien el 2023
Porque aún y cuando hoy toda la atención está puesta en cerrar muy bien el año, faltan pocos días para que esa presión empiece a bajar y se transforme en nuevas angustias relacionadas con las expectativas de un nuevo año que se pronostica difícil.
¿Qué habrá que hacer para evitar que las ventas se desplomen como consecuencia de los efectos de la inflación?
¿Cómo evitar que las alzas en costos de producción eleven los precios de venta y renta de los inmuebles y los pongan por encima de las capacidades de compra de lo que en algún momento fue un mercado objetivo?
¿Cómo evitar que las tasas de interés de los créditos hipotecarios vayan a la alza afectando las capacidades de compra de la gente?
En busca de la confianza
Porque hoy esa inflación ataca a los consumidores en dos formas; la evidente, encareciendo el metro cuadrado del bien raíz, lo que implica que tengan que comprar o rentar inmuebles más chicos, con menos acabados y menos equipamientos, o con peores ubicaciones.
Mientras que la segunda, limita la capacidad de compra de la gente al pegarle a sus capacidades de ahorro, crédito y liquidez necesaria para atender los pagos de una hipoteca o de una renta.
Los retos para el 2023 están relacionados con el comportamiento de la inflación, la economía y el empleo.
Tienen que ver con los esfuerzos dirigidos a mantener la confianza del consumidor… Pero también la del inversionista, que debe tener esa confianza muy en alto para mantener vigentes los diferentes proyectos inmobiliarios que tanta falta hacen en el país.
¿Llegarán los apoyos que se necesitan?
Habría que esperar que los esfuerzos de consumidores y profesionales inmobiliarios fueran acompañados por políticas y acciones de gobierno que permitan hacer frente a los enormes retos que el 2023 plantea.
Claro que sería importante contar, al fin, con un programa económico de efecto contracíclico, que brinde apoyos y confianza lo mismo a los empresarios, que a sus clientes.
Y claro que sería importante que los gobiernos locales asuman sus responsabilidades como parte de este esfuerzo y no se limiten a ser solo observadores y críticos de los esfuerzos de sociedad, sector privado y gobierno federal.
El 2023 llega lleno de retos. Toca tomar los días que quedan de este agónico 2022 como punto de partida para cargar tuberías y crear condiciones que permitan que el inicio del nuevo año sea positivo.
“Esto no se acaba, hasta que se acaba”
Y toca esperar que haya acciones de gobierno y que esas acciones sean oportunas y suficientes.
Toca esperar que esas acciones sean contundentes y que esa misma contundencia sea un claro mensaje que genere esa confianza que tanta falta hace a inversionistas y consumidores.
El sector inmobiliario va con todo por cerrar bien el año y arrancar mejor el 2023, pero para hacerlo necesita el respaldo de sus gobiernos.
Buscar el futuro debe ser objetivo y esfuerzo común, en que la coordinación de los tres ordenes de gobierno se convierta en factor que marque diferencias.
Es momento de decir que “Esto no se acaba, hasta que se acaba”, y que esté cierre de año se convierta en un claro mensaje de lo que se puede esperar del 2023.
*Horacio Urbano
Presidente de Centro Urbano