Las personas deben ser la razón de las políticas de vivienda, pero el sector privado es el
corazón de la atención al rezago habitacional
Por Horacio Urbano*
Sí… A ver… De más está decirlo, pero aquí vamos de nuevo.
Y vamos de nuevo porque si no empezamos por el principio, no faltará quien se quede en la superficialidad de solo señalar que la vivienda se ha convertido en una mercancía, o dicho de otra forma; que hemos caído en la total financierización de la vivienda.
Empecemos pues por el principio. La vivienda es un Derecho Humano que está además así reconocido por nuestra Constitución.
No hay discusión en torno a ello, pero a veces vale la pena recordar que la vivienda es un Derecho Humano que se atiende a partir de bienes económicos y financieros, que a su vez dependen de la existencia y fortaleza de cadenas de producción, financiamiento e inversion.
Porque ojo; en la producción y financiamiento de vivienda intervienen 37 de las 72 ramas que conforman nuestra economía. Y se requieren además los inversionistas dispuestos a arriesgar su capital en esta causa.
Sector privado y rezago habitacional
Es fundamental recordar que el Estado nunca podrá solo con la enorme responsabilidad de la atención al rezago habitacional y la transformación urbana que ello implica.
No podría hacerlo ni por las facultades que tienen sus órganos, ni por su capacidad operativa, ni por la inmensidad de recursos económicos que ello implica.
Y tampoco sobre decir que si bien las personas deben ser la absoluta prioridad al momento de entender y plantear soluciones a los retos de la vivienda, el sector privado es el corazón de la atención al rezago habitacional.
Porque es muy importante la existencia de políticas públicas en materia de viviendas y ciudades. Pero el hecho es que aún ante la falta, insuficiencia, deficiencia u obsolescencia de estas políticas, la misma gente buscaría los caminos para atender las particularidades de su rezago habitacional.
Claro que importan las políticas públicas. Importan más si son buenas. Importan mucho más si ponen en sintonía a los diferentes niveles e instancias de gobierno, y a ellos con la sociedad y la iniciativa privada.
El papel del Estado
Por ello están importante que los gobiernos trabajen en forma coordinada en crear condiciones que permitan atender en forma sostenible y sustentable el rezago habitacional, tomando como punto de partida las necesidades de las personas, sobre una lógica que responda a un proyecto país debidamente aterrizado a través de los consecuentes proyectos de alcance regional y local.
No hay que olvidar que las políticas públicas de alcance nacional son muy importantes, más aún cuando vienen respaldadas por organismos nacionales de vivienda tan poderosos y probados como Infonavit, Fovissste y Sociedad Hipotecaria Federal, pero nunca serán suficientes para atender los retos relacionados con viviendas y ciudades si no son debidamente complementadas con igual de poderosas políticas e instrumentos de índole local.
Quizá sea tiempo de fortalecer el alcance de la política nacional de vivienda por la vía de complementarla con mejores políticas, programas y organismos de vivienda y planeación urbana de orden municipal y metropolitano.
Fortalecer las localías
¿Qué tal pensar para ello en completar y fortalecer la red de organismos regionales, metropolitanos y municipales de vivienda y planeacion urbana, como los ya existentes, pero insuficientes, Institutos Estatales de Vivienda e Institutos Municipales de Planeación?
Y habiendo dicho que el sector privado es el corazón de la atención al rezago habitacional, hay que decir también que atender el reto habitacional implica empezar por entender la esencia de la demanda.
Porque es evidente que no todos los que enfrentan algún tipo de rezago habitacional quieren y pueden comprar una vivienda nueva. Y que no todos los que lo hacen lo hacen para vivirla, porque hay quienes lo hacen como inversión; lo que es completamente válido.
El rezago habitacional es tan complejo, como compleja es la sociedad. Y es diferente en cada región, en cada zona urbana, en cada barrio o comunidad, y entre los diferentes segmentos poblacionales que los habitan.
Es tiempo de sumar
Atender el rezago habitacional implica que todos juntos, gobiernos, sociedad e iniciativa privada, provoquen entornos que permitan dar soluciones a quienes quieren comprar (sea vivienda nueva o usada o incluso un terreno), rentar, construir, remodelar, sustituir un pasivo hipotecario o tomar su casa como palanca para obtener financiamiento para lo que requiera.
Y esa solución habitacional puede ser para familias de todo tipo y en cuanta modalidad de ocupación seamos capaces de imaginar.
Y claro, hay que entender que para crear ese sistema es indispensable que los actores del sector privado generen los bienes y servicios que implica. Todo esto detona actividad en esas 37 ramas ya mencionadas de la economía, generando empleos y detonando inversiones y dinamismo en el ámbito financiero. Esto es muy buen momento para recordar, tampoco está de más.
Es tiempo de que gobierno, sociedad e iniciativa privada se vean como lo que son, aliados complementarios que se necesitan unos a otros.
Es tiempo de olvidarse de restas y divisiones y apostar por las sumas.
*Horacio Urbano
Presidente de Centro Urbano