A pesar que en el escenario de la nueva normalidad aún hay retos por enfrentar desde el sector vivienda, es importante hacer un corte de caja y dimensionar lo que ha pasado en la industria desde marzo de 2020.
Sin duda, es de encomiar los esfuerzos emprendidos desde las diversas trincheras para tratar de aminorar los impactos de la pandemia. En esa lógica, uno de los elementos que más llaman la atención es la posición de los actores financieros.
Cómo se ha citado en Revista Vivienda, una de las primeras conclusiones se dio entorno a enfocar los esfuerzos en la demanda. Hoy, las primeras estrategias se han alineado para cumplir este objetivo.
De cara al cierre de año, tanto bancos, como organismos públicos, han caminado sobre la senda de otorgar facilidades para tomar los créditos y comprar viviendas. Esto con la mira de no retrasar la decisión de compra y que el tren de la vivienda se mantenga.
Desde la banca, los ajustes en tasas son un aliciente muy importante, que sumado a estrategias como el aplazar el primer pago del crédito hasta 6 meses, en un esfuerzo de bancos y desarrolladores, convierten a este escenario de complejidad, en uno muy atractivo para tomar los créditos y comprar viviendas.
En este marco, no se puede dejar de lado la posición que ha tomado el Infonavit. El Instituto ha asumido de manera responsable su rol como el organismo hipotecario más importante de México.
Así, este Instituto respondió a la emergencia con medidas de apoyo para los trabajadores con crédito y empleadores, mismas que representaron una bocanada para la salud financiera de derechohabientes y patrones.
Ahora, el organismo está a punto de poner en marcha esquemas muy ambiciosos que buscan incentivar la compra de vivienda. Ya se habla que en octubre se lanzarán medidas importantes, como las relacionadas con la baja en tasas y el aumento en montos; además de poner en marcha el esquema que permitirá a los trabajadores que adquieran crédito aplazar hasta cuatro meses el inicio del pago del crédito.
Todos estos esfuerzos son importantes. Con ello, una parte de la labor para impulsar la dinámica en el sector tiene forma y está hecha. Sin embargo, ahora viene la otra parte: el impulso a la oferta.
Para cerrar la pinza de una estrategia integral, será importante generar las condiciones para generar la producción de vivienda que atienda las necesidades de las familias. Eso cerraría un círculo virtuoso que no sólo impactaría socialmente, sino económicamente, al detonar una reactivación acelerada del país.
No obstante, en esta parte se necesitará la sensibilidad de autoridades para generar programas especiales, como ya se ha dado en otros países. Sobre todo, con lo que tiene que ver con la flexibilización administrativa.
En términos generales, las autoridades federales, como el propio titular de Hacienda, Arturo Herrera, han reconocido la importancia de la vivienda y la construcción como palancas para el crecimiento. Ahora, sólo faltará que esa visión se traduzca en medidas que se concreten en el territorio.