Por Mario Castellanos*
“Éramos muchos y parió la abuela” reza uno de los refranes mexicanos, refiriéndose a una situación que venía mal y se pone peor.
Para nadie es un secreto que la producción de vivienda disminuye cada año desde hace 5 años (de acuerdo con las cifras publicadas por el RUV) y la tendencia es que continúe. Lo peor es, que esa disminución se ha dado principalmente en el segmento de vivienda económica y popular, con sus respectivos efectos negativos para varios sectores, que si me lo permiten en otra ocasión hablaré de ellos.
En esta ocasión quiero tratar el tema es, que sumado a la disminución en la producción de vivienda derivada de la pandemia originada por el COVID 19, los desarrolladores de vivienda tenemos que enfrentarnos ahora a la escasez y por ende, al aumento en los precios de los materiales para producir las viviendas.
Recordemos que las cadenas de valor mundiales fueron el principal canal de transmisión de los efectos del COVID-19 al comercio mundial. Las medidas adoptadas por China en enero (cierre temporal de la provincia de Hubei y de las fronteras del país) implicaron la suspensión de exportaciones de insumos para industrias como la automotriz, electrónica, farmacéutica y de suministros médicos. Esto obligó a la paralización por varias semanas de fábricas en América del Norte, Europa y el resto de Asia que no disponían de proveedores alternativos, pues China es el principal exportador mundial de partes y componentes, con un 15% de los envíos mundiales en 2018 (Fuente: Informe No. 6 Comisión Económica para América Latina y el Caribe)
Mientras en México, la declaratoria de emergencia sanitaria declarada el 31 de marzo del año pasado nos obligó a cerrar las obras, pero una vez que se declaró a la construcción como actividad esencial, se “destaparon” las órdenes de compra y los proveedores se vieron en un serio problema de falta de inventario y de problemas para importar los insumos que así lo requieren y lograron resolver el poner en las obras muebles de baño, tubería de PVC, cable, tarjas, pero en caso de puertas ha sido muy difícil que puedan completar los lotes.
Entre los materiales que más nos ha afectado está el precio y el suministro del acero. De acuerdo con el Índice de Precios al Productor publicado recientemente por el INEGI, el aumento de la varilla corrugada en lo que va del año ha sido de 35.85%, alambrón 32.42%, perfiles de hierro y de acero 30.64%. Y de ahí para abajo el resto de los materiales mezclas asfálticas, gasolina, diésel (aunque existan otros datos) y un largo etcétera.
Y llegamos a la pregunta ¿cómo han impactado estos aumentos en el precio de la vivienda? De acuerdo con el último Índice de Precios de la Vivienda publicado por Sociedad Hipotecaria Federal, en el último semestre ha habido un aumento del 7.1% con respecto al mismo periodo el año pasado. Se observa también que el precio por metro cuadrado de la vivienda ha aumentado 10.1% en lo que va de este año.
Hay desarrolladores que han tratado de aguantar lo más posible el aumentar el precio de las viviendas para no impactar al mercado, especialmente en las viviendas popular y tradicional, pero por otro lado muchos otros han tenido que hacerlo asumiendo las consecuencias que esto pueda tener en el volumen o en la velocidad en que se desplazan comercialmente las viviendas en aras de no disminuir sus márgenes, ya de por si castigados.
Para cerrar me gustaría reflexionar acerca del poco avance tecnológico que hemos tenido a nivel mundial en la construcción de vivienda. Si bien hoy en día se construyen viviendas con impresoras 3D y en algunas partes se refuerza al concreto con varillas de fibras poliméricas reforzadas, la realidad es que lo que prevalece es el acero, tanto como refuerzo como elemento constructivo y esto tiene en jaque a toda la industria de la construcción por las causas ya comentadas.
Esta es una época compleja que estamos viviendo en la que sin duda los desarrolladores tendremos que echar mano del ingenio una vez más para superar esta nueva crisis que se presenta en el camino y quizás sea un buen momento para unir fuerzas con Universidades, Institutos e investigadores con el fin de encontrar más opciones de construcción de vivienda sustentable ambiental y económicamente.
Mario Castellanos Iglesias
Director de Gestión y Relaciones Institucionales de Vivo Grupo Inmobiliario
Ingeniero Civil egresado de la UNAM
Egresado del Programa AD en el IPADE
Cursó el primer diplomado de Desarrollos Urbanos Integrales Sustentables impartido por el PUEC-UNAM
Coordinador de la Comisión RUV en la CMIC Nacional
Miembro de la Comisión de Sustentabilidad de CANADEVI
Consejero en CANADEVI Quintana Roo.
Actualmente estudiante de la Maestría en Valuación de Bienes Inmuebles, Industriales y Nacionales en el Instituto Tecnológico de la Construcción
