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De mayo a noviembre Profepa sancionó a 22 desarrollos

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Las acciones se debieron a que las obras se hicieron sin autorización, daños ambientales o hacer cambios de uso de suelo

Desde mayo la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) inspeccionó varios proyectos inmobiliarios, tanto en construcción o que estaban en proceso de mejoramiento, en los que se detectaron diversas irregularidades, principalmente carencia de permisos de impacto ambiental.

A inicios de mayo, en el corredor turístico Cabo San Lucas-San José del Cabo, en Baja California Sur, se detuvieron las obras del ‘Hotel Las Ventanas al Paraíso’, por no tener la autorización en materia de Impacto Ambiental que otorga la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Asimismo, se multó a la empresa ‘Paraíso BB México’, responsable de la obra, con un millón 887,250 pesos, la clausura de la obra se levantaría hasta que se ejecute la compensación ambiental y lo constate la Profepa.

Las medidas se tomaron porque el hotel está a 300 metros de la línea de costa, por lo que está dentro de un ecosistema costero, La Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) establece que este tipo de construcciones deben tener autorización federal.

En la Isla de Holbox, Quintana Roo, se clausuró la construcción de dos hoteles. La primera obra estaba en proceso de construcción, mientras que la segunda se trataba de un hotel de dos niveles con 20 departamentos.

En ambos casos se removió totalmente la vegetación de Uva de mar, Chechén negro, Dzidzilche, Palma chit y Mangle botoncillo. Algunas en la categoría de especias amenazadas por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.

En junio, se supervisaron dos obras, la primera se localiza en Acapulco, Guerrero, en donde se construían 16 departamentos en cuatro niveles, área de alberca, cisterna, gimnasio y vestidores, situados en la planta baja.

En este caso, además de no tener autorización, se usó maquinaria pesada para remover el suelo, lo que causó erosión, pérdida de hábitats y disminución de biodiversidad.

En la misma entidad, pero en la Playa Cayaquitos de Bahías de Papanoa, clausuraron los trabajos de un desarrollo que se realizaba en un área de 680 metros cuadrados (m²) de suelo arenoso, con espacio para estacionamiento, alberca de 137 metros cuadrados, así como de siete cuartos con paredes de tabique rojo y concreto, preparados con espacios para puerta de acceso, ventana y sanitarios.

Al mes siguiente, la Profepa informó que la empresa Centro de Promociones Los Cabos San Lucas, concluyó el retiro de cuatro cabañas del ‘Hotel Solmar’, en Cabo San Lucas, Baja California Sur, estructuras que se instalaron si permiso, aunque se dejaron las bases de concreto que servían de anclas para evitar más daños ambientales, ya que instalaron sobre a la roca natural que se encuentra en el sitio.

En el otro extremo del país, en la localidad de Sisal, municipio de Hunucmá, Yucatán, el desarrollo inmobiliario ‘Yucaland’ fue clausurado por no respetar los términos establecidos en la autorización de Impacto Ambiental.

Se detectaron zanjas para la introducción de la acometida eléctrica e instalación de siete registros, así como brechas no autorizadas con dirección a la playa.

En Jalisco, el desarrollo turístico ‘Ocean Grill’, que se ubica en el municipio de Cabo Corrientes, fue clausurado de forma total temporal en agosto.

El complejo consiste en restaurante, cocinas, comedores, barra de bebidas, comedor, habitaciones, bodega, baños, área de jacuzzi y asoleaderos.

En septiembre, la dependencia federal informó que en un operativo de tres días se suspendieron los trabajos en seis desarrollos inmobiliarios en las costas de Oaxaca. Obras que afectaron diversos ecosistemas costeros de selvas, dunas, manglares, matorral xerófilo y esteros, en más de 27,000 m².

Se trató de comercios, restaurantes, villas, condominios, cabañas y departamentos, que se localizan en San Pedro Mixtepec, Santa María Colotepec y Santa María Tonameca.

A mediados del mismo mes, en Quintana Roo, el desarrollo ‘INFINITY’, en Tajamar, fue clausurado por no tener evaluación ni autorización de impacto ambiental; sin embargo, en noviembre, se dio a conocer que la empresa violó los sellos de clausura, anqué no se reanudaron los trabajos. Días después se ordenó la clausura definitiva y se sancionó a la empresa Vanguard Caribe Comercializadora con más de un millón de pesos por construir de forma irregular.

Durante octubre, se clausuró la construcción del hotel ‘CWC TOWER’, además se multó a la empresa MY FRIEND AUTOS con 805,176 pesos, por iniciar la construcción en la colonia El Médano, Cabo San Lucas, Baja California Sur.

El inmueble tiene seis pisos y 35 habitaciones, sobre una superficie de terreno de 1,306 metros cuadrados, cuya etapa de construcción se realizaría en un periodo de dos años.

En la zona costera en la playa de Chacala, Nayarit, se clausuraron los trabajos en la construcción de tres hoteles, que al iniciar las obras pusieron en riesgo elementos del ecosistema costero.

En el mismo estado, pero en San Blas, se sancionó a restaurante ‘La Picantería’, pues se construyó y operaba en medio de varias irregularidades, por lo que se le impusieron dos multa por 377,450 pesos.

En la localidad de Los Barriles, Baja California Sur, la Profepa clausuró la construcción de un desarrollo inmobiliario residencial, éste se localiza en un en ecosistema costero con vegetación.

A mediados de este mes, en el fraccionamiento Playa Azul, en Manzanillo, Colima, se clausuró de manera total temporal las obras de un hotel que afectó el ecosistema costero en 260 m².

Finalmente, en la capital de Querétaro, la Profepa detuvo las obras de un proyecto que consiste en locales comerciales y oficinas. Se detectó el desarrollo de trabajos de remoción de vegetación forestal en un predio de aproximadamente 1,350 metros cuadrados, obras que se hicieron sin autorización, además de haber realizado cambio de uso de suelo.

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Diego Rodríguez

Egresado de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la carrera en Comunicación, con especialidad en medios escritos. Reportero del desaparecido periódico Nuestro México, en donde cubrió las fuentes delegacionales y Asamblea Legislativa. También trabajó en la Coordinación de Comunicación Social en la delegación Álvaro Obregón. Le gusta leer novelas y cuentos.


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