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Que no se detenga el tren de la vivienda

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Se ha repetido en infinidad de ocasiones que el tren de la vivienda se vale de la certidumbre para operar; que al ser una industria con procesos largos, el tener seguridad de las líneas a seguir, sobre todo desde el ámbito de la política pública, es fundamental para mantener la velocidad.

En ese tenor, luego que Andrés Manuel López Obrador recibiera la constancia que lo acredita como presidente electo de México, se vuelve importante que, tanto el equipo del próximo gobierno, como todos los actores que conforman el sector vivienda, se reúnan en aras de trabajar, intercambiar visiones, sentar las bases de lo que serán los próximos seis años. Y, sobre todo, eliminar las dudas que se pudieron generar sobre la dinámica de trabajo propuesta por el próximo gobierno.

Sin duda, la misión principal deberá centrarse en definir, en medida de lo posible, el escenario en materia de atención a las familias de bajos ingresos, tanto afiliadas, como no afiliadas; en esa línea, concretar el futuro de los subsidios, y hablar de unas de las instituciones más importantes: el infonavit.

El emprender este tipo de diálogos o mesas de trabajo cobran una relevancia mayor si se toma en cuenta que en el próximo gobierno el reto en materia de vivienda será grande por varios factores, entre ellos, un bono demográfico que día a día crece y pone a prueba a los organismos e instituciones.

Este ejercicio de apertura al dialogo abonaría, sobre todo, en el rubro de vivienda social, para llegar al 1 de diciembre con la maquina aceitada, lista para trabajar y no perder más tiempo. Sobre todo si se entiende que el tren de la vivienda ya trae una dinámica importante, que se podría aprovechar para concentrar la fuerza en la vivienda social.

Al respecto, valdría la pena dejar de caer en lugares comunes del discurso y empezar a mover las cadenas. Y parte importante de ello es recurrir a lo básico, al intercambio de opiniones, al diálogo, al diagnosticar para poder caminar; al poner sobre la mesa las necesidades, lo que sí y lo que no; que la industria exponga cuáles son los principales obstáculos que le impiden hacer vivienda para bajos ingresos, y que el nuevo gobierno plantee sus propuestas para atender esta gran demanda.

Sobre el tema de Infonavit, es necesario que las partes se sienten y empiecen un dialogo amplio. De manera particular, luego del debate que se ha iniciado en torno a la figura propuesta para encabezar al Infonavit en la próxima administración: Juan Carlos Zentella.

El perfil de urbanista de quien fue propuesto por Andrés Manuel para llevar las riendas del Instituto, de inmediato llamó la atención, pues como es sabido y se ha repetido en las últimas semanas, el Infonavit actúa como un banco, y uno muy grande por cierto, que en los últimos años ha logrado fortalecerse y consolidarse. Al debate se agregó las declaraciones de Zentella, en las que decía que el Infonavit podría convertirse en un ente que compra suelo, sobre todo para atender el tema de la vivienda social.

Sin duda son temas que son necesarios atender para que el tren de la vivienda se mantenga. En ese afán colaborativo y de apertura que ha intentado mostrar el equipo del próximo gobierno, sería bueno concretar estas mesas de trabajo, todo con el respeto a la figura presidencial actual y el equipo que aún encabeza las instituciones relacionadas con la vivienda.

En fin, sostengo que no quitaría nada, y sí abonaría mucho, que se den esos diálogos entre los actores de la industria, para avanzar, que queden saldados todos los temas, y el inicio del gobierno llegue con una dinámica importante. Todo eso resulta fundamental si se entiende que el mayor reto está en la vivienda social, y que se deben estudiar un sinfín de posibilidades para poder atender la exigencia.

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Edgar Rosas

Editor en Jefe de Centro Urbano. Egresado de la maestría en Periodismo Político de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García (EPCSG). Estudió la licenciatura en Comunicación en la Universidad Mexicana. Amante de la crónica y el reportaje. Admirador de Vicente Leñero y Miguel Ángel Granados Chapa.


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