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Tantos viajes a los que partí desde Polanco

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Es difícil expresar lo que siento por doña Fernanda, mi líder. La primera vez que la vi realmente deseé no ser asignada a ella como su asesora, pero las cosas no siempre son como uno quiere. Lo siguiente que escuché en aquella junta fue “señorita Jacqueline, su líder es una persona aguerrida, con ya varios meses con nosotros; la señorita Fernanda, de la organización Tigre Andrómeda”. Ella se levantó de su asiento; en la primera fila, el lugar de los líderes de proyecto, se acercó a mí con paso firme, y me saludo de mano con un muy fuerte apretón. Yo no quería quedar con la chica que parecía estar criticándome en sus pensamientos por la forma en que me miraba, pero no era algo que yo pudiera cambiar.

Fue un viernes, el primer día que la acompañé a sus citas; “tiro largo”, día en que no se vuelve a la filial, sino que andamos corriendo por toda la ciudad tratando de llegar a tiempo a nuestras cinco citas del día.

Vi a mi líder en acción. La primera cita a la que fuimos, Fernanda y el member parecían ser muy cercanos. Ella llegó y lo saludó como si se conocieran de años. La entrevista fluyó rápido, aunque duró más de una hora. Ella hablaba con tanta seguridad y tenía al member tan atento a sus palabras que quedé muy sorprendida, incluso llegué a admirarla; era algo que no había visto antes. Cuando terminó la cita le pregunté si ya conocía al señor, me dijo que no, eso me sorprendió aún más.  En ese momento no me creí capaz de lograr algo así.

Desde entonces el cargo que más deseé, más bien, el único cargo que yo deseaba obtener fue “Líder de Proyecto”.

Los siguientes días fueron complicados para mí, no lograba aprenderme la entrevista completa. De siete pasos solo tenía dos; presentación y sondeo. Era la única asesora en Polanco, o quizás de todo Learnex, que seguía sin pasar al speech. Decepcioné a mi líder y a toda mi filial.

Hubo una cita, en la empresa Mapfre, a la que fui con Fernanda. La cita la había sacado yo, así que me tocó llevar a cabo la entrevista… no pude con ella. Fui incapaz de realizar pasos básicos como; seguridad, tono de voz, mirar a los ojos, el speech y el tan importante “usted es quien lleva la entrevista, no el member”. No pude hacer bien ninguno.

Al final, cuando ya nos íbamos a casa, mi líder habló conmigo, me señaló todas mis equivocaciones. No era la primera vez que me equivocaba, no era la primera vez que todo me salía mal, pero sí… fue la primera vez que ella me hizo llorar.

Esa noche la odié tanto, y las siguientes también.

Una semana sin mi líder me bastó para posicionarme entre los mejores asesores en Learnex, aunque no lo logré sola; tuve el apoyo de Magaly, directora de la filial en Polanco y líder directo de Fernanda.

En esa semana me aprendí la entrevista completa, saqué matrícula, y programé las citas que me llevarían a ganar el premio a “mejor asesor”, además de darme los galardones necesarios para conseguir mi ascenso a “Senior Ejecutivo”, lo cual también daba paso a conseguir el ascenso de mi líder a gerente.

En menos de dos meses visité demasiadas empresas, conocí demasiadas personas e incluso aprendí a viajar dentro y fuera de mi ciudad. Fui a softtek, Santander, Bancomer, Banamex, MARSSA, Brom y Asociados, Prosa, Televisa, Devlyn, Telcel, AT&T, Economía hoy, Beeva, ISSSTE, Walmart, UNAM, IBM, Huawei, Arroba System, Profuturo, GFT, ICA Fluor, HUT Internacional, Mapfre, Gepp, SEP, Banorte, FeDex, FUNO, Banco Azteca, Oodoo, Epima, AeroMexico, Herdez, Longchamp, Creative Travel, DEFRAK, Scotiabank, Mabe, Grupo NACH, Data Voice, Metlife, y otras empresas, cuyo nombre no recuerdo.

Después de tantos viajes, por fin conseguí el ascenso a “Líder de Proyecto”, realmente me costó mucho trabajo, o como solía decir Magaly; “Tiempo, dinero y esfuerzo”. Sacrifiqué mucho para llegar a él, lloré demasiadas veces e incluso involucré a quien no debía. Dos veces lo intenté, la primera me quedé a una matrícula de lograrlo, y ya la tenía, pero por no cerrar en el momento la member decidió cancelar; todavía la recuerdo, era una ingeniera en sistemas de Softtek.

También, aún recuerdo la primera cita a la que fui sola; fue en Torre Diana, durante la semana en que se ausentó Fernanda, con alguien de AT&T. Aquel día no logré cerrar, pero me llevé una gran experiencia. La persona a quien visité fue muy amable, y por primera vez logré hacer la entrevista completa, tal y como me enseñó mi líder.

Ahora, camino por paseo de la Reforma, aún me recuerdo corriendo por el Ángel de la Independencia como a las 5:56pm; junto a Fernanda, tratando de no llegar tarde a la junta de las 6:00pm en la filial de Reforma. Cada edificio es un recuerdo de lo que fue y de lo que pudo haber sido, no lo he podido superar, y lo admito… me enamoré de mi líder.

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Jacqueline Flores


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