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4 áreas de oportunidad del sector inmobiliario en 2018

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Por Jaume Molet Pérez.

El 2018 ha llegado y con él un panorama que estará dominado por los próximos procesos electorales que México enfrentará, el nuevo año se dibuja perfecto para analizar de manera concienzuda los retos, las oportunidades que tenemos frente a nosotros a fin de marcarnos un mejor camino.

En El caso del sector inmobiliario 2018 se dibuja como un ciclo que traerá buenos número y desarrollo, para muestra la estimación de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) que ha estimado en 17% el crecimiento de la industria de bienes inmuebles.

La madurez alcanzada en todos los subsectores inmobiliarios en México permite hablar de una alta especialización en la forma en cómo se ejecutan los bienes raíces en este país.

Al mirar el subsector corporativo, por ejemplo, vemos la forma en que los corredores de oficinas en las principales ciudades mexicanas integran un componente sustentable desde el planteamiento originario del proyecto; por su parte, el subsector inmobiliario industrial ha elevado la competitividad de los parques industriales mexicanos mientras que la madurez de los centros comerciales, beneficiados en mucho por el concepto de usos mixtos, ha llevado al país a los primeros lugares en términos de oferta, una oferta que no hace más que ampliarse pues este año, según la consultora CBRE, se planea la apertura de 29 “malls” que ya no buscan ser sólo lugares de consumo, también pretende ser lugares que brinden experiencias a sus usuarios.

Todo suena bastante bien, ¿cierto?

Cierto, más no hay que cantar victoria, aún falta mucho por hacer, deshacer, rehacer, experimentar en el sector inmobiliario mexicano…

Pongo en los reflectores cuatro temáticas que deben ser analizadas, cuatro áreas de oportunidad para lograr un crecimiento mejor y mayor: vivienda en renta, desarrollo urbano ordenado, big data aplicado a la construcción de bienes inmuebles y nuevas normas, actualizadas y rigurosas, para la construcción y reconstrucción.

En 2017, en el Informe del Mercado Inmobiliario que anualmente presenta Lamudi, hicimos hincapié en como la vivienda en renta era una necesidad tanto en las grandes ciudades como en aquellas que estaban creciendo gracias a la presencia cada vez más fuerte de la Inversión Extranjera Directa, así como a una nueva generación, la Millennial, que rompiendo paradigmas, está prefiriendo rentar una vivienda por encima de adquirir un compromiso tan a largo plazo como el que significa una hipoteca.

Tras las catástrofes naturales de 2017, en especial, los terremotos que sacudieron y dañaron a nueve estados de la República, el desarrollo de esquemas de vivienda en renta se hace más necesario que nunca: las ciudades están cambiando, lo mismo que sus habitantes y hoy por hoy, tener oferta de vivienda en renta para todos los niveles socioeconómicos es necesario, urgente: 2018 es el momento de tomar conciencia real de año y trabajar para hacerlo realidad.

El desarrollo de una oferta de vivienda diversa, que piense en todos los habitantes de una ciudad es eje rector de la Nueva Agenda Urbana (NAU), esa que plantea como debemos construir las ciudades del futuro, esas que ayudaran a que los seres humanos aprendan y puedan vivir en armonía con el medio ambiente, esas que buscan consolidar el desarrollo urbano ordenado como modelo de crecimiento.

Construir ciudades equitativas, justas, limpias, sustentables, resilientes, ordenadas e inclusivas es una meta que los habitantes de México, el mundo nos debemos y le debemos al planeta, deuda que tenemos que empezar a pagar a fin de poder construir el futuro.

Y, así, como herramienta que busca optimizar el desarrollo de los bienes inmuebles en estas nuevas ciudades, aparece el Big Data aplicado al sector inmobiliario.

Se trata de llevar la toma de decisiones al siguiente nivel, a ese nivel que estudia de manera profunda las necesidades del mercado, de la demanda con el fin de responder con la oferta adecuada, construyendo ciudades equilibradas e inclusivas, ciudades que tengan espacios habitacionales, laborales, recreativos para todos los segmentos de la población y no únicamente para los más privilegiados, evitando así la formación de periferias que no sean funcionales para sus habitantes.

Se trata de una cadena de oportunidades, eslabones que no se entienden el uno sin el otro, eslabones que se deben retroalimentar y que deben trabajar para la construcción de entornos urbanos sanos y es ahí donde aparece la necesidad de una normativa mucho más rigurosa para la construcción de bienes inmuebles, una normativa que no se quede en el papel, una normativa que se implemente y que tome en consideración todos los elementos necesarios para que cada inmueble garantice la seguridad a sus usuarios.

Estudiar el suelo dónde se construye, los materiales con que se construye es parte de este todo que permitirá al sector inmobiliario mexicano no sólo crecer, sino hacerlo de manera consciente, aportando al país, de eso se debe tratar el camino que recorramos los integrantes del sector este 2018.

 

Jaume Molet Pérez es egresado de la Universidad Politécnica de Cataluña obteniendo el título de Ingeniero industrial. Por más de 10 años, Jaume ha sido consultor de estrategia y operaciones en grandes firmas de nivel internacional como AT Kearney, desarrollando estrategias de negocio para las firmas en Alemania, Reino Unido, Arabia Saudita y México, en el mercado Latinoamericano. Actualmente Jaume es Director General para Lamudi México.

Twitter: @MoletJaume

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