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Museo del Templo Mayor estrena acceso

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También se inauguró la exposición Revolución y estabilidad, que conmemora dos importantes efemérides

El día de hoy fue inaugurado un nuevo acceso al Museo del Templo Mayor, el cual permitirá un mayor control en el ingreso a los vestigios del también llamado Huey Teocalli, y brindará un mejor servicio a sus visitantes.

El acto encabezado por la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda; el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, y el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el antropólogo Diego Prieto Hernández.

La Zona Arqueológica del Templo Mayor está enclavada en el corazón de la Ciudad de México, y entre 700,000 personas que recibe diariamente este sitio arqueológico, es el quinto con mayor afluencia del país.

El área introductoria a las ruinas del Templo Mayor y su museo, fue abierto al público este viernes y en el marco también se inauguró la exposición Revolución y estabilidad, que conmemora dos importantes efemérides: el 30 aniversario del Museo del Templo Mayor y los 40 años del proyecto homónimo que ha dado un nuevo rostro del mexica.

Así lo indicó el creador de esta iniciativa arqueológica, el profesor Eduardo Matos Moctezuma, investigador emérito del INAH y próximo a recibir el doctorado honoris causa por la UNAM.

Por su parte, la secretaria de Cultura reconoció la labor que a lo largo de los años ha realizado Eduardo Matos al buscar en las raíces prehispánicas la identidad del pueblo mexicano; así como a los equipos de los dos proyectos que tuvo a bien consolidar, el del Templo Mayor (PTM) y el del Programa de Arqueología Urbana (PAU), cuyo esfuerzo está detrás de la materialización de este reciente espacio.

Con el nuevo proyecto ahora, tras cruzar la Plaza Manuel Gamio y descender unas escaleras, se entrará directamente en “tierra sagrada”, comentó el director general del INAH, Diego Prieto.

El nuevo acceso pone al visitante a los pies de la estructura más importante del recinto sagrado tenochca, donde residían sus dioses tutelares: Tláloc y Huitzilopochtli.

La obra ha involucrado a una infinidad de profesionales: ingenieros, arquitectos, arqueólogos, restauradores, biólogos, antropólogos físicos, museógrafos y personal técnico, por mencionar algunos.

En tanto, Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno capitalino, comentó que el nuevo acceso al Museo del Templo Mayor pone fin a la obra pública que conecta a las calles Guatemala y Argentina del Centro Histórico.

El arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez detalló a la comitiva que éste nuevo acceso permite al público desplazarse sobre un área 50 metros de longitud y 24 metros de ancho, a una profundidad variable de 5 a 7 metros con respecto al piso de la Plaza Manuel Gamio. Su puesta en valor implicó retirar una cantidad ingente de tierra y escombro, lo que requirió 600 viajes de camiones de volteo.

Lo primero que el visitante observará son los restos de un piso hecho con grandes bloques de piedra andesita, que corresponde a una parte de la plaza frente a Templo Mayor, levantado en el gobierno del tlatoani Ahuízotl, entre 1486 y 1502.

También es posible apreciar una sección del Cuauhxicalco, ‘lugar del recipiente de águila’, una estructura circular de aproximadamente 17 m de diámetro y decorada con esculturas en forma de cabeza de serpiente y cuya escalinata está del lado poniente. Esta plataforma, relacionada con ceremonias del fuego y las exequias de los dignatarios mexicas, pertenece al mandato de Moctezuma Ilhuicamina, entre 1440 y 1469, detalló el investigador del INAH.

En el extremo sureste del Cuauhxicalco se observan los restos de un encino: el xócotl o árbol sagrado de los mexicas que, de acuerdo a la cosmovisión de este pueblo, comunicaba el plano terrestre con el inframundo y el cielo. Luego de un proceso de conservación que dilató dos años, este vestigio único vuelve a lucir en su sitio original, contenido en una especie de arriate estucado, también prehispánico.

Barrera Rodríguez estima que en un mediano plazo el recorrido por el vestíbulo se ampliará para mostrar un piso elaborado con bloques en bajorrelieve, el cual guarda relación con el adoratorio a Huitzilopochtli y tiene imágenes alusivas a la Guerra Sagrada, al sacrificio y la muerte: serpientes reptando, guerreros con la serpiente de fuego (xiuhcoatl) en mano y decapitados, entre otros.

En las vitrinas dispuestas en el nuevo acceso, el público podrá admirar piezas recuperadas por los equipo del PAU y del PTM: sahumadores con mangos en forma de cabeza de serpiente, una “ofrenda de autosacrificio”, consistente en un par de platos con navajillas al interior; puntas de proyectil y malacates miniatura en obsidiana; cetros en forma de venado y de serpiente, y representaciones de deidades como Xiuhtecuhtli y Tláloc.

El montaje del vestíbulo incluye maquetas, cédulas y video sobre cómo el Templo Mayor era la imagen del propio imperio mexica, de manera que fue ampliándose conforme Tenochtitlan adquiría poder. Además de las taquillas de atención al visitante, quien lo desee puede adquirir sus boletos de manera electrónica mediante un par de módulos dispuestos en la entrada.

La directora del Museo del Templo Mayor, Patricia Ledesma Bouchan, comentó que la exposición conmemorativa Revolución y estabilidad se organizó como una metáfora de las ofrendas que los mexicas brindaban a sus dioses, de suerte que varios investigadores y los equipos del PTM y del PAU “ofrendan” ahora los conocimientos obtenidos a través de la infinidad de materiales recuperados durante las exploraciones arqueológicas.

La muestra se compone de 10 módulos distribuidos en las salas temporales del Museo del Templo Mayor, en los que con la selección de más de un centenar de piezas arqueológicas cada investigador trata los aportes en su ramo.

A esto se suma, la selección de ‘obras maestras’ que se encuentran en las distintas salas del recinto, una labor que estuvo a cargo del propio arqueólogo Eduardo Matos, así como de la curadora y directora del museo, Judith Alva y Patricia Ledesma, respectivamente.

La exposición, que permanecerá hasta junio de 2018, romperá las fronteras del museo, pues en la calle Argentina el transeúnte podrá observar una muestra fotográfica de los trabajos del PTM, liderado por el arqueólogo Leonardo López Luján desde 2007.

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Dinorah Nava

Editora de Contenidos y Estrategias Digitales en Centro Urbano y Coeditora en Periódico Mi Casa. Egresada de la licenciatura en Comunicación y Periodismo de la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Amante de la edición y corrección de estilo, las redes sociales y el mundo digital. Especialista en temas son arquitectura, inmobiliario y urbanismo.


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